Escribo mi segundo artículo para este blog de referencia en rol analizando un poco un juego poco conocido: Buck Rogers XXVc, o sea, Buck Rogers en el siglo XXV. Pero antes quiero dar un poco de contexto porque no mucha gente conoce este personaje (yo mismo lo conozco poco si soy sincero).
Buck Rogers es un personaje de novela pulp creado en 1928 por Phillip Francis Nowlan. Aquella era la época dorada de los relatos pulp. Por aquel entonces nacieron personajes más conocidos como Conan y Kull de Robert E. Howard o los monstruos milenarios de H.P. Lovecraft entre otros. A pesar de ser poco conocido por tierras españolas, podemos ver en IMDB que ha tenido varias adaptaciones a cine y series.
Es precisamente con la serie de 1979 cómo lo llego a conocer yo, dado que en la televisión gallega emiten sus capítulos. No recuerdo exactamente la fecha pero sería cerca de 1990, teniendo yo unos 10 años. En la intro de la serie nos explican el origen del personaje.
Buck Rogers es un astronauta que, realizando un viaje espacial en el lejanísimo futuro de 1987, sufre un accidente y nuestro amigo Buck queda en animación suspendida por 500 años hasta que lo encuentran. Para entonces la Tierra es muy distinta al siglo XX, claro, con antecedentes históricos de guerras nucleares incluidos, temor muy popular de la época. Pero eso fue siglos antes y ahora hay un nuevo Imperio que pretende someter a la Tierra y bla,bla,bla.
Por supuesto, Buck Rogers se convierte en El Puto AmoTM en esta nueva época y… no sé. Me chirría. Imaginaos que ahora, verbigracia, resucita un veterano de las guerras de Flandes, ¿Qué creéis que pasaría? ¿Tendríamos a un nuevo Superman que nos leería la cartilla o más bien estaría todo el rato acojonado por la modernidad sin saber por dónde le da el aire? Lo dejo ahí. O podéis ver “El ministerio del tiempo” donde literalmente ocurre eso.
Os dejo aquí la intro de la serie en español.
Las líneas argumentales de Buck Rogers son distintas dependiendo de la época en que se cuentan. En la serie de 1979 es un astronauta como vemos, pero en los años 30 quedaba en animación suspendida por unos gases radiactivos que encontraba en una mina. Yo qué sé, podría pasar. También podría pasar, es una teoría, que te murieras y ya.
Más actualmente, Planeta Agostini publicó un nuevo reboot del personaje, allá por 2010, en formato cómic. En esta ocasión, Buck viaja al futuro por un accidente con un nuevo motor gravitacional que provoca una disrupción espacio-temporal con su nave espacial. Por lo que he visto, aún se puede comprar por internet.
No voy a hablar más del personaje del cómic, entre otras cosas porque ya os he dicho lo poco que sé. Vamos ahora con la razón por la cual me compré la caja de la que va este artículo.
Los videojuegos de Gold Box
Alguna vez se ha hablado en este blog de los videojuegos de TSR que salieron a finales de los 80 y principios de los 90 gracias a SSI (Strategic Simulations Inc). Esta empresa se hizo con los derechos de TSR para publicar videojuegos ambientados en Dungeons & Dragons… y de Buck Rogers. Sí, TSR había publicado material de ese personaje pero ¿por qué? Sencillo, porque la nieta de Phillips Francis Nowlan estaba en la dirección de TSR y debió pensar “esta es la mía, me voy a forrar el doble”. Falló en sus estimaciones porque Buck Rogers no vendió mucho, a pesar de que no es mal juego como luego veremos.
Estos videojuegos fueron creados con un motor llamado Gold Box, que permitía hacer una ambientación RPG increíble para la época. Por ejemplo, muchos de estos juegos tenían el concepto de sandbox incrustado, con lo que podías ir por donde quisieras con tu grupo de aventureros y hacer misiones secundarias. Si os gustan los videojuegos de rol, os recomiendo que busquéis en alguna web de abandonware (estos juegos ya no se venden) y les echéis un vistazo, siempre y cuando tengáis en mente el año en que se hicieron, claro.
En el año 1994, si no me falla la memoria, es cuando cae en mis manos el primer juego hecho con este motor con el que me viciaré: Buck Rogers - Countdown to Doomsday para Mega Drive. Me lo dejó un amigo (no recuerdo ni quién, lo que hace más místico el momento) entre otro puñado de cartuchos más. En aquella época se hacía mucho lo de intercambiar juegos. En concreto, el cartucho de Buck Rogers nos lo pasó sin caja ni instrucciones y el chaval solo nos dijo a mi hermano y a mí, “este [el de Buck Rogers] es una mierda”.
Como ya habíamos jugado a un juego de Buck Rogers que, efectivamente, era una bosta llamado Planet of Zoom pensábamos que era el mismo. Ya os digo que de haber venido el juego con manual de instrucciones, habría reparado en mi error rápidamente porque es una pasada: es una mini guía de rol con sus mapas de aventuras detallados y todo. Echadle un vistazo.
Aquí tenéis un gameplay de Buck Rogers – Planet of Zoom; es la versión arcade, que aún mola algo, pero la de MSX que era la que yo tenía… ¡buffff!
Después de una tarde jugando a la consola con los amigos (hubo una época en la que ibas a casa de un amigo a jugar a la consola/ordenador. No digo que fuera mejor, solo… distinto) probando todos los juegos, a última hora y, fruto de la extenuación, pusimos el Buck Rogers – Countdown to Doomsday solo para confirmar que era una basura y… no. Quiero decir… sí al principio, cuando ves esa intro bastante basuresca con una musiquilla que te perforaría los tímpanos tranquilamente. Pero en cuanto nos pusimos a jugar y ver que había que crear un grupo de aventureros con sus distintas razas y clases nos dimos cuenta de que estábamos ante un RPG occidental y eso se estilaba poquísimo en la Mega Drive.
Nos enganchó al momento dado que mis hermanos y yo ya jugábamos al rol (Cthulhu y Rolemaster, principalmente). Era normal que para el dueño del juego fuese una basura si no conocía el concepto de juego de rol y de aquella no se conocía como ahora. Además estaba en inglés. Aunque eso era la norma de la época, en un juego de rol podía ser un hándicap importante si no estabas medio versado en la lengua.
En mi casa Buck Rogers – Countdown to Doomsday nos encandiló. Era un juego con el sistema AD&D 2ª edición. Eso lo vimos rápido, en cuanto tuvimos que crear los PJ. Había varias razas y clases, aventuras secundarias, estrategia en el combate, sandbox, podías navegar por el sistema solar con tu nave y atacar otras naves… ¡Incluso abordarlas! Nos lo acabamos varias veces y no volví a meterme tanto en un videojuego de este género hasta que no salió Baldur’s Gate, pero esa es otra historia.
Los juegos de rol de Buck Rogers
Nos enganchó al momento dado que mis hermanos y yo ya jugábamos al rol (Cthulhu y Rolemaster, principalmente). Era normal que para el dueño del juego fuese una basura si no conocía el concepto de juego de rol y de aquella no se conocía como ahora. Además estaba en inglés. Aunque eso era la norma de la época, en un juego de rol podía ser un hándicap importante si no estabas medio versado en la lengua.
En mi casa Buck Rogers – Countdown to Doomsday nos encandiló. Era un juego con el sistema AD&D 2ª edición. Eso lo vimos rápido, en cuanto tuvimos que crear los PJ. Había varias razas y clases, aventuras secundarias, estrategia en el combate, sandbox, podías navegar por el sistema solar con tu nave y atacar otras naves… ¡Incluso abordarlas! Nos lo acabamos varias veces y no volví a meterme tanto en un videojuego de este género hasta que no salió Baldur’s Gate, pero esa es otra historia.
Los juegos de rol de Buck Rogers
Como ya mencioné, Lorraine Williams, heredera de Phillip Nowlan, era presidenta de TSR por la década de los 80, así que decidió crear una nueva línea de juegos basada en el universo de Buck Rogers. Hasta donde yo sé, existen dos juegos de Buck Rogers. Uno es el que nos atañe hoy y el otro es Buck Rogers Adventure Cliffhanger.
De este no os puedo contar gran cosa. Sé que es de 1993, posterior al Buck Rogers XXVc y es de estética mucho más pulp, tipo Rocketeer. He encontrado un unboxing para los curiosos.
Por otro lado, Buck Rogers XXVc es de 1990. Su ambientación es sencilla: hay dos bandos. Los malos, RAM (acrónimo de Ruso-American Mercantile, porque si tienen la palabra “mercantil” en su nombre tienen que ser malos a la fuerza) y NEO (New Earth Organization), los buenos, a los que por supuesto pertenece Buck Rogers.
Los personajes pueden tener aventuras en los distintos planetas del sistema solar y jugar con distintas razas de dichos planetas. Hay una especie de conflicto entre ambas organizaciones que afecta de distintas formas a los habitantes del sistema planetario. Por ejemplo, Mercurio tiene a un líder autodenominado “Rey Sol” (en clara referencia a Luis XIV de Francia), este nombre se debe a que tiene una tecnología que acumula energía solar que luego vende a los otros planetas. Marte y sus habitantes, los Desert Runners, están sometidos por RAM, etc.
Aunque aquí el juego fue desconocido, supongo que en USA algo de éxito tuvo (o a TSR les dio por tirar paladas de pasta editando cosas que la gente no quería por capricho de Lorraine Williams, que todo puede ser) porque salieron varios módulos: A matter of gravitol, Matrix Cubed (de este también hubo videojuego, pero solo para ordenador, os dejo un gameplay), Inner Worlds… Bueno, os dejo aquí la lista. He buscado en DrivethruRPG y no hay nada de esta saga, por lo que si alguien quiere material tendrá que comprarlo en físico en algún sitio de rol “de viejo”.
Terminemos, si os parece, descubriendo juntos qué tiene la caja de set básico en este vídeo de mi unboxing.
Estoy seguro de que más de un lector puede aportar bastante más que yo sobre este personaje y sus juegos, así que no os cortéis y comentad. ¡¡Hasta la próxima!!
Hola! Bueno, Lorraine Williams y su hermano Fint Doile heredaron los derechos de Buck Rogers a mediados de los 90, son familia (creo que hijos o sobrinos) del creador.
ResponderEliminarAsí que de ahí el empeño de reactivar la marca con el XXVc, que trataba de modernizarlo. Obviamente, se llevaban tajada como dueños de la IP!!! Así que Lorraine y el otro se llevanan cuartos con cada venta.
Llegó a haber juego de rol, de tablero, novelas, comics y videojuegos. Y coincido contigo: mi hermano y yo pillamos el de Megadrive y NOS FLIPÓ. Era cojonudo.