Es curioso cómo cambia la visión de un libro con el paso del tiempo, pero así es la Literatura y la vida: cosas que nos fascinaron en su momento, y que con el paso del tiempo ya no nos parecen tan relevantes, y viceversa.
Leí por primera vez El retorno de los dragones hace veinte años.
Recuerdo que me gustó mucho y que recurrí a él cansado de esas largas
descripciones del paisaje que me brindaba La comunidad del anillo. Claro, tenía quince años y en esa época lo que buscaba en un libro eran batallas, combates, dragones, conjuros..., en resumen, acción. Y precisamente, esas primeras páginas de El Señor de los Anillos
no eran todo lo movidas que necesitaba mi ansia lectora. Pero antes de
continuar con esta reflexión, repasemos algunos datos sobre esta obra.