Ayer, 9 de julio, se cumplieron treinta años de la primera partida de rol que jugué. Bueno, más bien que dirigí (fatal, por cierto).
Ya lo he comentado alguna vez, tengo la suerte de saber el día exacto de esa primera partida porque recuerdo que fue el día en el que España perdía contra Italia en el Mundial de EEUU del 94. Sí, ese partido en el que Tassotti le rompió la nariz a Luis Enrique...
Nuestra experiencia con los juegos de rol fue, como quien dice, autodidacta. Hay quien ha probado los juegos de rol jugando una partida con gente que ya sabía jugar, pero este no fue nuestro caso. Como yo era el mayor, fui yo quien se puso a dirigir la partida, sin haber no ya jugado antes, sino al menos visto otra partida aunque sea.
Ojo, sabíamos de la existencia de los juegos de rol desde dos años antes, concretamente desde mayo de 1992. Hasta ese momento, lo más parecido al rol que habíamos experimentado era el HeroQuest y el Zelda de Super Nintendo. Entonces llegó la revista Estrellas de la Lucha, y ahí descubrí dos cosas: primero, que había un tipo de juegos que se llamaban "juegos de rol"; y segundo, que Advanced Dungeons & Dragons era uno de estos juegos de rol, según la publicidad de la revista "El mejor juego de rol de Estados Unidos". Y nada más.
El problema es que en Lucena no había jugueterías ni tiendas de videojuegos que tuviesen este tipo de juegos... 😔
Y entonces pasamos a 1993, al mes de octubre cuando llega a los quioscos el número 1 de la revista Todo Pantallas. Gracias a este número y al 3 empecé a enterarme un poco más de lo que eran los juegos de rol (al parecer eran libros y no tenían ni tablero ni miniaturas como el HeroQuest) y conocí algunos de ellos. Según la revista, había de todas las temáticas: juegos ambientados en la Edad Media (Aquelarre), en el oeste americano (Far West), en el futuro (Shadowrun), de terror (Ragnarok)...
Sin embargo, seguíamos sin encontrar una tienda que vendiese este tipo de juegos. Y así llegamos a finales de junio de 1994, cuando mi amigo Manolo me sorprende un día y me suelta algo así: "Domin, ya tenemos un juego de rol, mi madre me ha comprado uno".
Ese juego era Aquelarre, y su madre lo había encontrado en una librería de Lucena, Juan de Mairena, conocida popularmente como "Pipo". Manolo me pasó el Aquelarre y yo flipé en colores. Por lo visto, en los juegos de rol "de mesa" no había límites como en los videojuegos de rol, sino que los personajes podían hacer lo que quisieran sus jugadores... 😮
Además, se jugaba sin tablero ni miniaturas, en una mesa únicamente hablando...
En los siguientes días devoré las páginas de Aquelarre y creamos nuestros primeros PJ. Y así llegamos al 9 de julio, cuando nos ponemos a ver a España en los cuartos de final. Llega un momento en el que el partido nos aburre porque estamos eliminados, y se nos ocurre jugar la que sería nuestra primera partida de rol. Nos vamos a mi cuarto y empiezo a dirigir la aventura "El pacto", aquella en la que un noble pide a los PJ que lo acompañen a Incinillas, a visitar a otro noble... Por cierto, jugamos en esta mesa de la que ya os hablé un día.
Como digo, esta primera experiencia fue bastante mala. Yo acababa de cumplir quince años, mi hermano Jose tenía trece y Manolo solo diez... Creo recordar que mi hermano Fran no jugó esta primera partida porque tenía solo siete años... Ninguno había jugado nunca y yo era el único que se había leído parte del manual...
En resumen, al no tener experiencia la partida fue un fracaso. Recuerdo que me cabreaba con ellos porque pensaba que ellos eran los que me tenían que decir las tiradas, al estilo de "Como voy a llevar el carro, tiro por Conducir carros; como voy a escalar el muro del castillo, tiro por Trepar"...
En fin, llega un momento en el que mi hermano Jose baja a por agua y nos llama a gritos: que bajásemos, que a Luis Enrique le habían reventado la nariz...
Ahí terminó la partida, que no llegamos ni a acabar la aventura. Como digo, la experiencia no fue nada buena, pero algo nos decía que los juegos de rol eran mucho más que ese juego donde yo me cabreaba con ellos. Por suerte, ese verano jugamos muchas partidas más y, poco a poco, aprendimos a jugar. Y evidentemente, con ellos pasamos momentos memorables. Ni que decir tiene que si hoy, treinta años después, estoy hablando de ello es porque los juegos de rol nos marcaron de por vida.
En fin, me gustaría conocer vuestra primera experiencia. ¿Fue también así de mala o tuvisteis la suerte de jugar una partida con gente que tenía experiencia?
Buenas, mi primera experiencia fue con el MERP y creo que no fue demasiado mala porque seguí siendo el máster XXDD Fue durante las fiestas de semana santa en una casa de campo, no faltó la cerveza y la buena comida e íbamos especialmente emocionados con el tema, nos lo pasamos en grande. Después ya llegaron juegos como Carne fresca o Comandos de guerra, pero la vida adulta ha hecho que nos desperdiguemos por el mundo y ya no podamos juntarnos a menudo. Un abrazo y gracias por este blog.
ResponderEliminarSí, es lo que pasa con los años. A nosotros nos pasa igual, que para juntarnos...
EliminarPor cierto, son bastantes los que me están diciendo que su primera partida fue con El Señor de los Anillos.
Fue ese mismo año. Unos meses antes. ¡Somos compis de quinta rolera!
ResponderEliminarPues sí, y eso hace que viviésemos distintos acontecimientos importantes recién probados los juegos de rol, como el crimen de Madrid (ese mismo 94) o la traducción de Magic al castellano (en el 95).
EliminarLa mía fue unos años antes, pero también fui máster y completamente autodidacta en una época en la que eso era un valor. Agradezco no haber empezado recientemente a jugar, con toda la sobreinformación que hay ahora.
ResponderEliminarSin duda ahora es mucho más fácil: tienes docenas de partidas para ver en YouTube a golpe de click.
EliminarUfff... treinta años. Yo tengo en marcha una que empecé antes de eso :-D
ResponderEliminarPero bueno, a lo que íbamos: Mi primera experiencia fue en 1983-84 con un máster super-experimentado y con una creatividad sin límites: Jordi Carrasco (los viejunos de la sala seguro que lo conocéis). Fue una campaña de Traveller que duró año y medio (de ahí lo de "83-84"). Espectacular. Además su hermano Xavi, que es dibujante profesional, nos hacía cada semana la ilustración del "momento estrella" de la última sesión jugada, y todavía conservo esos dibujos como un tesoro (por avatares del destino acabaron en mis manos y no en las suyas o las del máster).
Tirs, eso sí que fue entrar en el rol por la puerta grande.
EliminarYo recuerdo que, en esas primeras partidas, al no tener experiencia les pedía tiradas por todo: que cogían el carro, pues a tirar por Conducir carro (creía que se jugaba así, por eso había tantas Habilidades). Y luego claro, con un 20% fallaban... Y entonces la duda de los jugadores, que tenían todavía menos experiencia porque no habían tocado el reglamento: "¿entonces no podemos andar con el carro?".
Lo cierto es que toda la historia de cómo empecé en los juegos de rol la escribí hace años en una serie de artículos en La Frikoteca, llamados La Forja de un Friki xD.
ResponderEliminarPor resumir, diré que en 1990 me compré mi primer juego de rol, el MERP, y me arremangué para dirigirlo, con 14 años a mi hermano (9 años), mi primo (8 años) y mis hermanas gemelas (6 años). No teníamos dados de diez caras, así que metimos papelitos con números en una caja y los sacábamos al azar. Creo que empezamos una aventura y no estoy seguro de que la termináramos. Fue todo un poco desastre, pero nos picó el gusanillo, y una vez tuve RuneQuest, con un sistema de juego que me gustó mucho más que el del MERP, la cosa se puso de verdad interesante ;).
Creo que a todos los que nos tocó dirigir una partida por primera vez sin haber jugado antes nos pasó lo mismo. Menos mal que le dimos una segunda oportunidad.
EliminarPor cierto, lo de los papelitos también llegué a pensarlo en una ocasión en la que no tenía dados a mano ;-)