Aquelarre: Cofradía Anatema 1.1

Los Infortunios del Deslechado es la primera aventura de la serie Cofradía Anatema, una campaña de Aquelarre escrita por Ricard Ibáñez.

Cofradía Anatema inaugura un nuevo formato de edición en la línea de Aquelarre. Así, frente al volumen de 200 o más páginas en tapa dura que ha venido publicando NSR en los últimos años, ahora tenemos un cuadernillo grapado de 32 páginas. El precio, evidentemente, va en sintonía: frente a los 35-40 € de los suplementos anteriores, cada cuadernillo de Cofradía Anatema tiene un PVP de 9,99 €.

Como hemos dicho, Los Infortunios del Deslechado es el primero de cuatro, y se ha puesto a la venta la semana pasada.

La historia está ambientada en la Corona de Aragón y en 1347. La aventura (o mini-campaña) se divide en cinco partes, que se podrían jugar cada una de ellas en una sesión. Sin embargo, se incluyen muchas ideas de aventura que se pueden intercalar y alargar la historia mucho más.

En La Segarra los PJ serán contratados por un comerciante que les hace unos encargos muy peculiares. Este (y otro que no diremos) es el hilo conductor que une las distintas aventuras de Los Infortunios del Deslechado, cuadernillo autoconclusivo que se puede jugar sin necesidad de tener la 2ª parte de Cofradía Anatema.

Aunque bien es verdad que hay un asunto que no se ha solucionado y una frase demoledora del final dejará a los PJ (y a los jugadores) con la suficiente intriga como para querer continuar sus aventuras en Por el País de Oc (la 2ª parte de la serie).

Es de destacar la información histórica, donde Ricard ha hecho, como siempre, un trabajo riguroso. Sin embargo, yo diría que esta labor es mucho más exhaustiva que la que dejaba reflejada en la línea publicada por JOC Internacional (supongo que los adolescentes de entonces ahora somos mucho más exigentes). Evidentemente, si el nivel de detalle se incrementa puede hacer que la lectura pierda la frescura y claridad que tenían los suplementos de JOC. Por mi parte, yo creo que ahora mismo se encuentra en el punto justo.

Por ejemplo, mientras que en Dracs (1994) nombraba a la famosa ciudad catalana como "Girona" sin entrar en más detalles, aquí utiliza "Gerunda" y nos explica cómo fue evolucionando el nombre hasta los actuales Gerona / Girona.

Ejemplos de esta exhaustividad hay muchos, y los podemos encontrar en las costumbres de la época (por ejemplo, si en este momento, y en la Corona de Aragón, era más frecuente ahorcar a las brujas que quemarlas) y en las fechas de los personajes históricos y monumentos (por ejemplo, cuándo acaban la fachada gótica de una iglesia real que los PJ pueden querer visitar, etc.).

Relacionado con esto, también es de agradecer que Ricard no nos muestre una Edad Media edulcorada. A este respecto, recuerden ustedes que vivimos en tiempos donde HBO retira películas como Lo que el viento se llevó o WOTC prohíbe ilustraciones y cartas antiguas de su juego Magic: The Gathering.

Frente a esto, Ricard nos ofrece una Edad Media real, con toda la dureza, machismo y racismo que había.

Por lo demás (no vamos a destripar las  aventuras), señalar que Los Infortunios del Deslechado incluye una descripción de Girona, con su plano correspondiente, una descripción de los lugares más importantes, y varios PNJ y semillas de aventura. Una ciudad en la que los PJ pueden pasar un buen tiempo.

Con respecto a amigos de Ricard que aparezcan como PNJ (una antigua costumbre), yo he podido encontrar a Albert y Jordi, dos buhoneros de Girona que, si no me equivovo, harían referencia a los autores del nuevo Dracs.

Arriba Retorno a Rincón y abajo Los Infortunios del Deslechado.

En cuanto a la forma, ya hemos dicho que es un cuadernillo grapado. Como podemos comprobar, la maquetación sigue la misma línea que los anteriores suplementos de Aquelarre (dos columnas, un marco, presencia de cuadros con información, etc.).

Con respecto al arte, las ilustraciones son de Esther Sanz, que últimamente ya venía sustituyendo a Jaime García Mendoza. Continúa el estilo de imitación de miniaturas medievales, y el resultado no está mal, aunque yo sigo enamorado de las ilustraciones de Montse Fransoy (ya se sabe que, el que da primero da dos veces).

En conclusión, tenemos una serie de aventuras que a mí me han gustado. Una visión de la Edad Media dura y real, con muchos detalles que harán que no caigamos en anacronismos y todo ello en un nuevo formato, cómodo de leer y transportar, y más asequible para estos tiempos de crisis.

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