Golden Axe: una puerta de entrada a la fantasía heroica

En 1989 muchos de nosotros no conocíamos todavía El Señor de los Anillos ni los juegos de rol. Es por eso que uno de nuestros primeros contactos con eso que se suele llamar "fantasía heroica" o "espada y brujería" fue con una máquina recreativa muy distinta a lo que habíamos visto hasta ese momento. Por supuesto, estamos hablando del clásico Golden Axe.

 

 

Aunque Super Mario Bros, Out Run, Bubble Bobble o The New Zealand Story son juegazos, la llegada de Golden Axe marcó un antes y un después. Y es la que la "violencia" desplegada en Golden Axe hacía que los otros videojuegos pareciesen destinados a niños pequeños. Para empezar, nada más comenzar el juego un enemigo asesinaba a un pobre inocente que huía en muletas, todo lleno de sangre... Pero no adelantemos acontecimientos.

 

El paisaje del fondo le daba un toque tétrico.

 

Antes de empezar, Golden Axe nos permitía escoger un personaje entre tres: una amazona, un enano o un guerrero que parecía una mezcla entre Conan y He-Man. Lo más importante: ¡podíamos jugar dos a la vez!

 

 

Como decíamos, nada más empezar un enemigo mataba a un pobre inocente herido ante nuestras narices. ¡Había que vengarlo!

Otro elemento que hacía muy atractivo el Golden Axe eran los distintos movimientos que tenían los personajes (correr, empujar...) y, sobre todo, que todos podían usar la magia. 

 

Recuerdo que este ataque hacía mucho daño.

La magia de la amazonas era la más espectacular.

Una de las innovaciones era la presencia de personajes inocentes (niños, abuelos, mujeres...) que huían ante los malvados, o directamente eran golpeados por estos. Además, el juego reproducía los gritos de auxilio y sus chillidos.  

 

 

Otra cosa que era una novedad es que, cuando matabas a un enemigo, este no desaparecía de la pantalla como siempre ha ocurrido en los videojuegos, sino que su cuerpo permanecía en el suelo.

 

 

Muy divertido también era la posibilidad de quitarle una montura al enemigo y usarla tú mismo. Además, había tres modelos distintos.

 

Pateando a una pobre mujer... Eso no era normal verlo.

 

Las fases de bonus consistían en golpear a unos duendecillos que nos dejaban magia o vida (¡ojo, también te quitaban magia a ti!).

 

 

Una cosa de la que no fui consciente en su momento es que el juego es muy corto. Vamos, que te lo puedes pasar en menos de quince minutos. 

El monstruo final era un gigantón con un hacha más grande que nosotros. La misma hacha que, finalmente, acabaría con él. Este enemigo tenía un toque siniestro, pues surgía de cadáveres de inocentes arrinconados junto a su casco. Por último, cuando acababas con él salía sangre, cosa que aparecía en muy pero que muy pocos videojuegos, y que daba al Golden Axe ese toque de "juego no tan infantil" del que venimos hablando.

 

 

Años después descubrimos los juegos de rol y al recordar este Golden Axe nos sorprendió que los enanos y los guerreros no pudiesen utilizar magia. Precisamente esa es una de las razones que me llamaron la atención de RuneQuest, pues como rezaba en su publicidad, todos los PJ podían emplear la magia ("Todo Personaje usa conjuros").

 

 

En fin, Golden Axe es todo un clásico de las recreativas con el que cientos de adolescentes pasamos un buen rato (¿te lo pasaste con cinco duros?). Además, el mundo que nos mostró para algunos fue la puerta de entrada a toda esa ambientación de espada y brujería que luego hemos ido ampliando con novelas, cómics, cine y, por supuesto, juegos de rol. Sirva esta entrada como un humilde homenaje.