martes, 23 de marzo de 2021

El detector de porquería de Alejo Cuervo

Los más viejos del lugar quizá recuerden que el conocido librero Alejo Cuervo (propietario de la tienda Gigamesh) tenía una sección en la revista Líder de JOC Internacional.

La columna no era sobre juegos de rol, sino sobre literatura. Se llamaba "La biblioteca de Ankh-Morpork" y en ella Alejo nos comentaba las últimas novelas de ciencia ficción y fantasía que le habían llamado la atención.

Este artículo que hoy comentamos tenía como título El detector de porquería y apareció en el número 40 de la mencionada revista Líder, el correspondiente a marzo de 1994.


 

El detector de porquería es un truco rápido y sencillo para averiguar si esa novela de portada bonita que no conocemos es una porquería o vale la pena: 


"¿Qué hacer ante un libro de portada atractiva, precio de espanto y del que no se tiene ninguna referencia? Los textos de contraprtada dicen lo de siempre y de la misma forma, y pese a todo el libro podría estar bien, pero si luego sale rana... Para estos casos está el fabuloso detector de porquería que vuestro bibliotecario favorito se complace hoy en presentaros.

El truco es muy sencillo: se coge el libro en cuestión y se empiezan a pasar páginas con rapidez en busca de aquellas que no tengan diálogos. Si estas no aparecen o, al llegar al final del libro, pueden contarse con los dedos de una mano, ahí lo tenéis: el detector de porquería acaba de daros su pitido de alarma. Se deja el libro en su sitio y el dinero en la cartera.

Dicho de otra forma, si un libro está compuesto casi exclusivamente por diálogos, de forma inevitable tendrá la textura de un tebeo. Basar una novela en los diálogos -por mucha acción y piños que puedan encontrase en ella- conlleva falta de introspección en los personajes, ambientación pobre y, muy probablemente, falta de oficio.

Ahora, si alguien quiere tomarse la molestia de aplicar el detector de porquería a las novelas de la Dragonlance, las de Battletech, o las de Star Wars y Star Trek, podrá comprobar como este suelta pitidos como loco. Este tipo de libros, escritos por encargo, con una larga lista de imposiciones editoriales referentes a la cantidad de sexo presente, los grados de violencia y el final feliz, son, sencillamente, libros sin alma que ni siquiera pertenecen a sus autores. Si alguien está interesado en leer tebeos, adelante: el detector de porquería funciona en ambos sentidos y le servirá tanto como a quien prefiera ahorrárselos.

Este tipo de libros vende lo que vende por dos motivos: 1) su lectura requiere el mismo esfuerzo intelectual que mascar chicle, y 2) operan sobre el primer mecanismo de ventas del marketing: la familiaridad del producto ante su cliente potencial. (...)

Ahora bien, para que nadie pueda decir que vuestro bibliotecario está cargado de prejuicios, os recomiendo que no dejéis de emplear el detector de porquerías a cualquier tipo de libro que se os ponga por delante. Las sorpresas abundan.

Porque en el fondo los "libros escritos por encargo" no dejan de ser el mercado comercial más importante de la literatura popular moderna. Hay escritores con todo el oficio que haga falta que, sin ser especialmente ambiciosos, se ganan la vida honradamente escribiendo lo que toque y se toman su trabajo en serio. Así, es posible encontrar gente como Peter David que, además de escribir guiones de cómic para Marvel, se dedica a escribir novelas de Star Trek en sus ratos libres, buenas novelas desde cualquier punto de vista. O, en Inglaterra, alguien como Kim Newman, que ha escrito unas cuantas novelas de Warhammer firmando como Jack Yeowill más que aceptables. O, llegando al tema del día...

La morada y El exilio, de R. A. Salvatore (Timun Mas, 1.600 ptas. c/u.), son las dos primeras entregas de la serie de El elfo oscuro, ambientación Reinos Olvidados y copyright de TSR. Si las pasáis por el detector de porquería podréis comprobar que no se queja y no solo eso sino que están escritas con corrección y no resultan en absoluto molestas de leer. Ojo, seguimos hablando de tebeos aquí, pero en este caso se trata de un tebeo digno que, puestos a leer estas cosas, os recomiendo leer antes que otros de peor calaña".

El artículo continúa, pero creo que con esto ya nos hemos hecho una idea.

No sé vosotros, pero yo lo primero que he hecho es pasar varios libros por el detector. El primero ha sido Arena, la primera novela ambientada en el mundo de Magic: the Gathering (libro por encargo de cajón). Y sí, el detector pita. Pero claro, luego he pasado La comunidad del anillo y, la verdad, al compararla con Arena esperaba muchas menos páginas con diálogo. Tiene menos, pero no muchísimas menos.

Eso sí, luego he pasado Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez y ahí sí que no ha pitado...

En fin, si probáis contadme vuestras impresiones.

De todas formas, ¿habíais escuchado alguna vez este truco o alguno similar?

Por otro lado, ¿creéis que la abundancia de diálogo va en detrimento de la calidad de una novela?

Bueno, y ya puestos: ¿creéis que se podría delimitar un detector de porquería similar para los juegos de rol? Es decir, que solo con pasar las páginas pudiésemos determinar si es un buen juego de rol o no.

 

18 comentarios:

  1. No sé si es una buena unidad de medida, pero lo cierto es que últimamente sí que se encuentra a faltar prosa en las novelas y no esos diálogos de media frase. La cultura de la inmediatez y del consumo rápido ha impactado sin duda en el estilo literario. Como es lógico, el extremo opuesto es también fatídico al menos que guste, claro está, la literatura rusa.

    En relación al Señor de los Anillos, cierto es que la cantidad de diálogos es muy alta, pero compara la complejidad de los mismos, ni que sea visualmente, al lado de otras novelas.

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    1. A mí me gusta que haya diálogos, sobre todo cuando están hechos con una maestría que nos informan de cómo es un personaje o cómo se siente en ese momento (por cómo habla o lo que calla) sin que el narrador tenga que decírnoslo.

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  2. Bueno, supongo que depende de la calidad del autor como tal y de lo que se busque. Anda que hemos gozado estás novelas sabiendo a lo que veníamos 🤣

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    1. Exacto, yo he disfrutado bastante con las tres primeras entregas de Canción de Hielo y Fuego y, recogiendo lo que dice Setsugen, en Choque de Reyes pita bastante. Cosa que, por otro lado, también lo decía Alejo.

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  3. Usa ese sistema con El conde de Montecristo y échate unas risas. La novela de encargo no deja de ser un folletín de consumo rápido y uno encuentra de todo.

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    1. Exacto, el propio Alejo reconoce en el artículo que hay buenas novelas de encargo.

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  4. Pues creo que juego de tronos también pitaria lo suyo no?

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  5. Yo más bien creo que se trata de el momento de tu vida en la que lees el libro, leí los libro de Dragónlance en mi adolescencia y me encantaron, con relecturas posteriores no tanto. En cambio con el señor de los anillos la primera vez que me lo leí por esas fechas más o menos no me gustó tanto como otras veces posteriores que lo he releído. Eso sí hay mierdas infumables que no se pueden leer con ninguna edad. También es cosa de gustos, cuántas veces nos ha pasado que hemos recomendado un libro a un amigo y nos ha dicho que no le ha gustado y no lo hemos entendido. El mejor detector, coger el libro de la biblioteca y si te gusta te lo compras para releerlo más adelante.

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    1. Qué casualidad, a mí me pasó lo mismo siendo un adolescente. Recuerdo que buscaba acción y combates y "La comunidad del anillo" me resultó aburrida, sobre todo por las largas descripciones de paisajes... Y en ese contexto, claro, las "Crónicas de la Dragonlance" entraron muy bien.

      Y luego, con los años, la valoración de estas obras ha cambiado totalmente. La edad y el bagaje literario hacen mucho, sin duda.

      Es como cuando nos obligaban a leer "El Quijote" entero en 3° de BUP, que no había forma...

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  6. No tiene ningún sentido. Si nos basamos en esa teoría, el teatro sería una porquería, los cómics serían calidad literaria B, y tatantino, con sus menudeos de diálogos ácidos y surrealistas, serían sin oficio.

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  7. Una vez escuché en la radio a Francisco Rico decir que las palabras más frecuentes de El Quijote eran "dijo" y "respondió", porque una de sus virtudes era ser una novela con mucho diálogo.

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    1. Exacto, en las conversaciones de El Quijote podemos ver la importancia del diálogo. Y cómo conocemos a los personajes por como se expresan.

      De hecho, Cervantes se dio cuenta de las posibilidades y de ahí que recurriera a Sancho desde muy pronto; si no recuerdo mal, en el capítulo 8.

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  8. A mí también me parece una forma un tanto arbitraria de valorar la calidad de un texto.
    Me está haciendo recordar a la peli de "el club de los poetas muertos", cuando analizan la calidad de una obra en virtud de dos factores; su extension y su belleza, siendo en apariencia incompatibles ambos, salvo en unos pocos casos donde se crean obras para el recuerdo.
    Y al respecto de eso, Keating no parecía muy de acuerdo xD

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  9. Es indicativo más, y es cierto, pero si nos fijamos, la falta de descripciones y la sobreabundancia de diálogos (ausentes incluso de acotaciones - tipo "entonces dijo él extrañado"), es un mal o al menos un signo de toda la narrativa de las últimas décadas, no solo la de género, sino la de bestseller o incluso buena parte de la "culta". Se debe - es un fenómeno ya estudiado - a la influencia del cine, la televisión y los medios audiovisuales más recientes. En siglos pasados una descripción creaba imágenes de cosas que no habías visto ni por asomo. Ahora todo el mundo tiene un "archivo de imágenes" en su cabeza, a la que recurre con cuatro apuntes y completa en su cabeza. Es decir, si la novela dice "John era un tipo duro", y no te dice nada más, le pones ya una cara, de una peli que hayas visto. Y no hace falta más. "El Código Da Vinci" te describe sitios que es posible que hayas visto, pero si no exactamente has estado dentro del Louvre o en la capilla de Rosslyn sí tiene en tu mente "pasillos gnéricos con cuadros" o "iglesia antigua".
    Pero sí nos remitimos no a una novela contemporánea, sino precisamente a la fantasía (y a la ciencia-ficción) esa carencia es más grave, porque precisamente trata de crear realidades nuevas. Si no las tiene, es por que ese tipo de novelas de franquicia apela a "elfo genérico", "extraterrestre genérico", etc.

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    1. Muy interesante.

      De todas formas, y en cuanto a los juegos de rol, no hemos dicho nada. ¿Habría algún método que al menos nos indicase si el juego nos puede gustar, no ya si es bueno o malo porque eso parece que es bastante subjetivo.

      Pensemos que estamos en una tienda y tenemos en la mano cinco nuevos juegos de los que no sabemos nada. En Facebook comentaban mirar la hoja de PJ, que eso podría darnos algunas pistas del sistema de juego. La verdad es que, para algunos, que empleen determinados sistemas (tipo Fate o PbtA) ya es motivo para descartar el juego.

      En cuanto a la ambientación, se me ocurre un vistazo rápido al índice, ya que el número de páginas que se hayan dedicado a la ambientación (no es lo mismo catorce páginas que cien) puede ser otro de los motivos para descartar un juego, siempre como digo dependiendo de los gustos de cada uno.

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    2. Pues sería francamente difícil, sí. Ciertamente la hoja de personaje suele ser indicativo: si es demasiado corta o demasiado larga. Pensándolo, yo me suelo fijar en si se parece a otras pero insiste en cambiar los nombres por sistema y sin justifiación (por ejemplo, si insiste en llamara "estadísticas" a las características, pero estas son las seis o siete clásicas), es mala señal para mí si es continuo en la ficha.
      La única manera es hojearlo. Aquí tengo un par de detectores (o prejuicios quizá): si en una página que describe un único aspecto del juego y no sigue (por ejemplo, una raza, un profesión, etc) hay una ilustración que ocupa más que el texto y además eso se repite, es muy mala señal. Y la segunda: que el texto esté en un única columna (en lugar de las dos clásicas) y/o hay amplios y abundantes espacios en blanco al final de muchas páginas, muy mala señal. Ambas señalan un afán de los diseñadores por aparentar que el juego es más de lo que es. Estos criterios por cierto los cumple más de un juego digamos "consagrado" pero no por ello aún discutido.

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    3. Lo de los abundantes espacios en blanco a mí me llamó mucho la atención en la aventura "Despertados Reloaded" y creo que se camufló con una maquetación "vanguardista".

      Se ve que es una aventura corta, porque tiene 36 páginas con todos esos espacios en blanco.

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  10. Tal vez antes. Los libros de Joe Abercrombie están llenos de diálogos y son geniales.

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