viernes, 3 de noviembre de 2023

"Si quieres escribir, no traduzcas..."

Hace un par de meses ya escribí una entrada sobre algunas similitudes entre el sector de los juegos de rol y el de las novelas de ciencia ficción (aquí). Hoy vamos a hablar de las retribuciones que cobran los traductores, y en este caso creo que no podemos hablar de paralelismo. O sí. Luego lo veremos.

El título de la entrada hace referencia a un artículo (magnífico, por cierto) que escribió Miquel Barceló a mediados de los noventa. En él nos ofrecía una serie de datos que eran demoledores...

 

Domingo Santos como autor y traductor.

 

El artículo apareció en la revista BEM, tenía como subtítulo el de "Los problemas de escribir ciencia ficción en España" y hacía referencia a que se estaban perdiendo muchos autores españoles por dedicarse a una tarea mucho más lucrativa, la de traducir. El caso más famoso era el de Domingo Santos, que había abandonado su faceta de escritor de novelas de ciencia ficción por la de traductor.

Miguel Barceló lo tenía claro: en España un autor ganaba más dinero traduciendo que escribiendo un libro. Es más, ¡el traductor ganaba incluso más que el autor original!

Pero veamos algunas de esas cifras que aparecen en el artículo. Barceló pone ejemplos de varias novelas de la colección Nova, colección que él dirigía y, por tanto, conocía por dentro.

 


 

Empecemos con lo que podía ganar un autor español. Con El refugio, de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal, los autores cobraron (al firmar el contrato) un adelanto de 250.000 pesetas del 8% del precio (descontando el IVA...) de los libros que se vendieran. Ojo, en este caso como son dos autores ese adelanto se repartía entre los dos. En fin, en caso de que se vendiese toda la tirada (2.500 ejemplares a 2.500 pesetas cada uno) ganarían un total de 470.000 pesetas (que incluye las 250.000 del adelanto). Como precisa Barceló, "y eso, solo si se vende toda la edición. Algo que, normalmente, no ocurrirá hasta dentro de dos o tres años. Si ocurre..." (Miquel Barceló, en BEM #40, agosto de 1994).

Por cierto, si pensamos que era una buena cantidad, Barceló apunta que esa cifra "es la más alta que puede haber cobrado un autor de ciencia ficción español por una novela". O sea, que en otras editoriales era menor.

 


 

Veamos ahora lo que cobraba el autor de una novela traducida. El ejemplo es Frederik Pohl con Mineros del Oort. Frederik recibió un adelanto de 3.000 dólares (unas 420.000 pesetas) a cuenta del habitual 8% de las ventas del libro. El adelanto es mayor porque un ejemplar de Mineros era algo más caro que El refugio (2.750 ptas.). De nuevo, y en caso de que se vendiesen los 2.500 ejemplares en dos o tres años, Pohl cobraría un total de 517.000 ptas., es decir, 97.000 pesetas que añadir al adelanto ya recibido. Como vemos, el montante más importante se da en el adelanto.

En principio parece que el autor de fuera cobra más que el español (porque el PVP del libro era mayor), pero hay que tener en cuenta que a esa cantidad hay que restarle un porcentaje por el agente español de Pohl y otro porcentaje por el agente norteamericano de Pohl... 😒

Veamos, por último, lo que cobra el traductor. Según Barceló, la traducción del libro de Pohl costó 399.300 pesetas: 363 páginas por 1.100 pesetas ("si tenemos en cuenta que la traducción de ciencia ficción en España se suele pagar a unas 1.100 pesetas la página traducida".

Barceló señala que es muy posible que, al final, le quede más dinero al traductor que a Frederik Pohl, y eso con independencia de que el libro se venda mucho o poco (variable que al traductor no le afecta). 

Es posible que nos llame la atención el coste de la traducción, y puede que pensemos que el caso de la colección Nova es una anomalía. Que el coste de la traducción es uno de los gastos más elevados en un libro (también hoy en día) lo confirma Alejo Cuervo cuando señala que necesita "llegar a una cifra de 2.000 ejemplares para poder amortizar la traducción" (en la entrevista concedida a Momoko, diciembre de 2021). 

¿Y en el sector del rol? Luego volveremos a ello, pero en alguna editorial pudo ser similar. Tenemos el caso de Zinco, donde según Francisco José Campos las traducciones se pagaban bien. Otro dato que nos hace pensar que en Zinco pagaban bien las traducciones es que Domingo Santos aceptó hacer bastantes traducciones de suplementos del Advanced Dungeons & Dragons (23 como mínimo).
 
Volviendo al tema, Barceló señala que El refugio tiene 439 páginas, por lo que si se hubiese tratado de una traducción sus autores hubiesen ganado 482.900 pesetas, es decir, más que esas 470.000 ptas. hipotéticas que podrían conseguir si venden toda la tirada.
 
 
 
A continuación nos pone otro ejemplo donde un autor norteamericano va a ganar menos que el traductor, en este caso con la novela El libro del día del juicio final de Connie Willis. Según Barceló, en el caso de que se vendiesen los 2.500 ejemplares la autora y sus dos agentes recibirían un total de 658.000 pesetas. En el caso del traductor, como el libro tiene 801 páginas, recibió 881.100 pesetas. Y añade:
"Tal vez con estos datos en la mano se puede comprender que, los verdaderos beneficiados de la edición de ciencia ficción en España pueden ser, antes que los autores, los traductores. Y por ello, cuando un buen autor de ciencia ficción empieza a realizar trabajos de traducción puede empezar a perderse para la creación literaria".

Conclusión
 
Antes de terminar me gustaría señalar que, en su artículo (ni aquí nosotros, faltaría más), Barceló nunca fue en contra de los traductores. Simplemente quiso plantear un problema (de ahí el subtítulo del artículo) de la ciencia ficción en nuestro país. Evidentemente, si las tiradas fuesen más amplias los autores podrían llegar a cobrar igual o más que el traductor.
 
En fin, Barceló finaliza su artículo con una conclusión. A los editores les resulta más barato publicar una novela de autor español que una de autor extranjero (El refugio tenía más páginas pero un precio inferior a Mineros del Oort):
"La razón es sencilla, al establecer el escandallo de costos, en El Refugio solo se ha tenido que contabilizar, al margen de la producción material, un pago adelantado de 250.000 pesetas. En cambio, en Mineros del Oort el pago adelantado ha sido de casi 900.000 pesetas cuando se tienen en cuenta el adelanto recibido por el autor y sus agentes (420.000 pesetas), el pago del traductor (unas 400.000 pesetas) y el costo de la corrección de estilo (unas 80.000 pesetas)."
 
Y evidentemente, a igualdad de ventas, la editorial tiene más beneficios vendiendo novelas españolas que de fuera.
"En definitiva, si no se publican más autores españoles es, simplemente, porque los editores saben que no van a obtener las mismas cifras de venta que con autores americanos".
 
¿Y en el rol?
 
Como decía al principio, y a pesar de que en algunos aspectos (como el tamaño de las tiradas y el número de ventas) encuentro muchos paralelismos entre el sector de la ciencia ficción y el rol, aquí no parece que haya similitud. 

Para empezar, no creo que ningún autor español haya cobrado una cantidad parecida como adelanto por un juego de rol. No tengo datos, es solo una intuición. En las campañas de mecenazgo (que parece ser que es donde hay más transparencia) siempre aparece el coste de la impresión, la traducción, la ilustración, la maquetación, la corrección, los envíos, los honorarios de la plataforma... Sin embargo, en muy pocos ves la remuneración del autor.
 
Con respecto a los traductores, tampoco es que tenga muchos datos, más allá de lo que se ha comentado alguna vez en redes sociales. Una entrada de donde se puede sacar información muy interesante es la que escribió Óscar Estefanía en Ars Rolica (aquí). Allí podemos deducir que, en algunas editoriales actuales, se paga más bien poco. Pero me gustaría pensar que no es así en todo el sector. O, por lo menos, que no siempre ha sido así. Y estoy pensando ahora en Zinco, donde parece ser que las traducciones sí se pagaban bien. Supongo que Martínez Roca, que en su momento también publicó mucha ciencia ficción, también pagó bien las traducciones roleras.
 
No sé, ¿qué pensáis vosotros?
 

6 comentarios:

  1. Hola, yo traduje algunos libros de rol para Joc Internacional en los años 90. La tarifa era menor que la que pagaban otras editoriales o agencias de traducción. Además, a veces la mitad del importe se pagaba en especie (juegos).

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    1. Gracias por la información, Martín.
      Sí, en efecto, JOC tenía por costumbre pagar en especie o en metálico. Una costumbre que se remonta, si no recuerdo mal, a las traducciones que incluía en los wargames que importaba.

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    2. Correcto. Yo comencé a trabajar para JOC traduciendo wargames (World in Flames 5a. edición), y de ahí me pasaron a los juegos de rol. Creo recordar que la tarifa era 1 peseta por cada 4 caracteres.

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  2. No conozco la situación actual del mercado literario de ciencia ficción en cuanto a tarifas de autoría ni de traducción, pero conozco lo bastante el del rol como para poder decir que, comparativamente, la cosa ha ido a peor desde los 90. Cuando yo traducía para Joc no me parecían malas tarifas, aunque hay que tener en cuenta que yo era un chaval sin responsabilidades económicas y que no cobraba nada en especias, sino todo en metálico.

    Hoy en día, como ya comenté en el artículo que enlazas, creo que la traducción se paga proporcionalmente peor (o directamente va a fondo perdido), aunque es cierto que después de escribirlo he podido ampliar un poco el espectro de referencias y confirmar que, en algunos casos, las tarifas son algo más razonables. Aun así, me da la sensación de que, salvo casos excepcionales (o salvo que tengas una capacidad de trabajo excepcional y/o una cartera de clientes no menos excepcional), ganarse la vida traduciendo rol es complicado.

    Por otro lado, si sirve de de algo mi limitada experiencia en el lado de la autoría, la cosa no es muy diferente y las tarifas son igual de reducidas. De hecho, creo que en el caso del rol es todo aún más complicado que en la literatura, y no solo porque el mercado es mucho menor, sino porque escribir según qué cosas de rol requiere varios talentos diferentes (capacidad para la narrativa, para el diseño de juegos, para la imaginación de mundos) y no sé si se echarán casi más horas que escribiendo una novela.

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    1. ¡Gracias por la información, Óscar!

      Pues me temo que o aumentan las ventas (y por consiguiente las tiradas) o esto tiene difícil solución. Porque la alternativa de subir el precio de los juegos (para poder pagar mejor a todos) ya se ha comentado alguna vez, pero a ver qué editorial es la primera que se atreve...

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    2. Para cambiar la situación actual habría que probar cosas (quienes puedan hacerlo, claro), y esperar que a lo mejor alguna funcionara y contribuyera a mejorar un poco las cosas. En Italia se han dado cuenta del filón de las ediciones bilingües, y últimamente Shadowlands ha demostrado que aquí también puede funcionar para mejorar los números. Evidentemente son cosas que hay que pensarse bien y requieren un músculo editorial determinado, pero es una forma de crecer. Aumentar las atribuciones a autores, traductores e ilustradores como metas de mecenazgos también es una buena idea que estaría bien que se implementara más, aunque también hay un cierto miedo a hacerlo.

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