martes, 5 de octubre de 2021

De cuando no había dinero y mucho tiempo para jugar

Una imagen de mi adolescencia que recuerdo con especial simpatía es la de reutilizar cualquier aventura que cayese en nuestras manos, aunque fuese para un juego que no teníamos.

En esa época se juntaban el hambre y las ganas de comer, o lo que es lo mismo, no tener dinero para suplementos y mucho tiempo para jugar.

Esto hacía que nos diseñásemos nuestras propias aventuras, lo cual está bien, pero cuando encontrabas una revista nueva, que salían cada dos meses, las aventuras que venían había que aprovecharlas sí o sí. 

 


 

Por lo general, una revista solía traer dos o tres aventuras y, evidentemente, tú deseabas que fueran para juegos que tú tenías. ¿Y qué pasaba cuando esto no era así? Pues como digo, la aventura no se desechaba, sino que se adaptaba a los juegos que teníamos.

Así, por ejemplo, El Largo Mañana, aventura de la CIA para Shadowrun aparecida en la Dragón #19, yo la adapté para jugarla con Cyberpunk porque nosotros no teníamos el Shadowrun. Evidentemente, quitabas todas las razas (elfos, orcos...), la magia y adaptabas las características de los PNJ para el momento del combate. 

Pero... ¿y qué pasaba si no tenías un juego similar? En nuestro caso, eso no fue problema, pues jugábamos la aventura con un sistema que dominábamos, como por ejemplo el porcentual, BRP o d100 de Chaosium. Así, como no teníamos el Piratas de Ludotecnia jugamos Bandera Roja de Ricard Ibáñez con las reglas de Aquelarre. Universo es otro juego que no teníamos, pero la aventura "de romanos" Los Hijos de los Brezales de Carlos González (en Dragón #18) estaba muy guapa como para dejarla pasar. ¿La solución? Pues nada, a crear unos romanos con el sistema de Aquelarre y a jugarla. 

Otras aventuras que recuerdo ahora mismo son La Pira de San Joan, de Susana Gil Castro (en Líder #41), que era para Ragnarok pero nosotros jugamos con el sistema de La Llamada de Cthulhu; o Tierra Impía, para AD&D y que nosotros también adaptamos para Aquelarre (más detalles de esta última aventura aquí).

 


 

Hace tiempo escuché de un grupo que también hacía lo mismo, llegando incluso a adaptar una aventura de Shadowrun para... ¡RuneQuest! Se ve que esto fue una práctica habitual entre los roleros de los ochenta y noventa. 

En fin, ¿reutilizasteis vosotros también las aventuras que encontrabais en las revistas? ¿Recordáis alguna adaptación que se saliese de lo normal?

 

4 comentarios:

  1. Yo soy mucho de readaptar módulos a otros juegos y las pocas Lider que tengo las he aprovechado en lo posible. La Pira de San Joan la adapté a Nephilim, como alguna de Aquelarre. Y una de Star Wars (no recuerdo el nombre) terminó reconvertida en fantasía oscura para Ánima.

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    1. Esa última sí que es un cambio grande al estilo de la de Shadowrun para RuneQuest.

      En realidad, cualquier aventura se podría adaptar a otro juego si tenemos en cuenta la teoría de las funciones narrativas de Propp, es decir, conservamos la estructura de la aventura (el protagonista es traicionado por un viejo amigo) y lo único que cambiamos son los personajes y la ambientación (la Edad Media, el siglo XXI...).

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  2. Uno lo sigue haciendo hoy día cuando una aventura, y en ocaciones campañas, valen la pena pero el sistema para el que vienen no hacen especial gracia.

    Las revistas quizás ya no están disponibles, pero el ingenio rolero creo que no ha desaparecido.

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    1. ¡Ya te digo!

      Ahora mismo me acabo de acordar de una aventura para Hitos aparecida en la revista Crítico que la dirigí con Ratas en las paredes, y de otra de Fragmentos que hice con Savage Worlds.

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