En una época en la que no había juegos de rol en castellano, Ricard Ibáñez demostró que la creatividad, la pasión y la necesidad podían llenar cualquier vacío. ¿Quién hubiera imaginado que esa partida, gestada en la curiosidad y el ingenio, sería la semilla de una de las carreras más prolíficas del rol en nuestro país?
Ricard Ibáñez (foto de 1990). |
Hoy te contamos la primera experiencia del maestro Ricard Ibáñez con los juegos de rol, una historia muy curiosa...
Estamos en 1983. Aquí en España los juegos de rol son conocidos por muy pocos. Para que nos hagamos una idea, el D&D que publicará Dalmau (la famosa "caja roja") no verá la luz hasta 1985...
Ricard Ibáñez tiene 18 o 19 años y en ese momento está estudiando. Intenta sacarse el BUP en un grupo nocturno, cuando un día escucha a dos chavales del grupo diurno. Están hablando de un juego nuevo, que al parecer se juega sin tablero y en el que se usa, sobre todo, la imaginación. Ricard no es especialmente bueno en los juegos de estrategia, pero esto le sorprende pues nunca ha escuchado algo parecido.
Sin pensárselo dos veces, decide asistir al aula donde se reunían esos chicos al finalizar las clases. Ese día Ricard no jugó, pero presenció la partida. Jugaban al D&D Básico y se quedó fascinado:
"Creo que fue un amor a primera vista. Nunca me he sentido más satisfecho de saltarme una clase...". Ricard Ibáñez, en Líder #4 (febrero de 2000).
Por aquel entonces Ricard era monitor de excursionismo en un esplai y tenía que programar una actividad de tarde para los chavales en una excursión de dos días. Sin tener todavía ningún juego de rol, y habiendo presenciado solo una partida, Ricard decide organizar una partida de "aquello" que tanto le había gustado.
Para ello se inventa unas reglas. Sabemos algo de este sistema de juego porque, años más tarde, reestructurará estas reglas para la aventura interactiva Krieghad, publicada en la Guía Básica del Juego de Rol (Zinco, 1993).
El principal escollo son esos dados tan raros que tenían los chavales, sobre todo ese dado de 20 caras que tanto utilizan. Evidentemente, en la casa de Ricard pasa lo mismo que en cualquier hogar español de la época: en 1983 el único dado que hay es el tradicional dado de seis caras del Parchís.
Ricard se aferra a lo que tiene y ese dado será el único que se utilice, tanto en la creación del PJ (los Puntos de Vida serán el resultado de sumar 10 a 1D6), el sistema de juego (sacar con 1D6 menos de lo que tengas en la Habilidad correspondiente) o el daño (1D3 las armas ligeras, 1D6 las normales y 1D6+2 las pesadas).
En cuanto a la partida, evidentemente será de temática fantástico-medieval, que es lo que ha visto con D&D.
Para ello utilizará también el juego de mesa Le Château des Sortilèges (1980), un juego que venía encartado en el número 4 de la revista francesa Jeux & Stratégie.
"Con lo que había visto y un juego de tablero que se llamaba Le Château des Sortilèges me inventé unas reglas y una aventura". |
La partida se lleva a cabo en el refugio y los chavales quedan encantados (y el propio Ricard también).
"Les encantó (todo y que los maté a casi todos en una batalla final épica contra una horda de orcos)... y a mí también me gustó".
Es muy curioso, pues en esta primera partida de Ricard este es directamente Director de Juego y no jugador, que es lo habitual. Es verdad que esto luego nos ha pasado a muchos otros que no teníamos a alguien cercano con experiencia que nos enseñase a jugar.
Por otro lado, y como el propio Ricard señaló en su día, también es muy curioso que ya en esta primera partida tuviese que diseñar su propio juego:
"Y no deja de ser irónico, que mi primer contacto con el juego de rol... ¡fuera diseñar un juego!" (Líder #4).
Es posible que este también fuera el germen de La Canción de los Sortilegios, el juego de rol inédito de Ricard.
En fin, ¿qué os parece? En mi caso yo también tuve que ejercer de DJ en mi primera partida, pues mi amigo Manolo y mis hermanos tampoco habían jugado nunca y alguien tenía que dar el paso de leerse el manual. Por cierto, también es casualidad que esa primera partida que dirigí fuera del mismísimo Aquelarre 😅
Que historia más buena!! Nada como esos primeros pasos, tuvo que ser una experiencia insuperable. Por aquí siempre de jugador hasta la fecha, que uno ha empezado a ejercer de DJ para los peques de la familia :D
ResponderEliminarPues a mí me tocó ser DJ desde el principio, y aunque me gustaba, también quería probar como jugador. Así que me dedicaba a convencer a mis jugadores de que se comprasen otros juegos y me dirigiesen ellos a mí ;-)
Eliminar¡Qué bueno! Algo parecido hice en su momento pero mi experiencia fue una mierda como un piano de grande que se parecía más al zelda de la nes que a un juego de rol.
ResponderEliminarBueno, puede que no fuese rol como lo entendemos hoy, pero si estaba basado en el Zelda de la NES no iba por mal camino...
EliminarNosotros también llegamos a hacer algo antes con el HeroQuest, y me consta que con HQ hubo más grupos que jugaron a algo que se acercaba a una partida de rol.
Yo fui uno de los que hizo sus primeros pinitos llevando el HQ un poco más allá. Ahí siempre hacía de Morcar, así que supongo que la pantalla ya me llamaba desde pequeño.
EliminarMi primera partida convencional fue mucho más tradicional, como PJ en una partida de MERP. Pero enseguida descubrí el juego de WEG de Star Wars... y la llamada de la pantalla es poderosa jeje.
Buenísima entrada, y buenísima historia. Un abrazo. Patxi
¡Gracias Patxi!
EliminarYo creo que cada generación ha tenido un juego en el que se han basado para jugar algo parecido al rol. No me extrañaría que el posterior Final Fantasy VII de PlayStation, por ejemplo, haya servido de inspiración para una generación más joven.
¡Gracias Patxi!
EliminarYo creo que cada generación ha tenido un juego en el que se han basado para jugar algo parecido al rol. No me extrañaría que el posterior Final Fantasy VII de PlayStation, por ejemplo, haya servido de inspiración para una generación más joven.
Este blog es un servicio publico ya. Deberías recopilar los mejores posts en un libro.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarPues lo estoy haciendo, pero si no está terminado ya es porque no es un simple copia y pega de las mejores entradas, sino todo un texto coherente y ordenado que abarca desde finales de los setenta hasta el año 2000.
Curioso, yo también empecé con el castillo de los sortilegios dr la revista Jeux&strategie. Uno de mis colegas tenía un primo francés que fue quien le regaló ese juego de mesa y posteriormente el Tunnels & Trolls. Sería el año 1984.
ResponderEliminarEl número 4 de Jeux & Stratégie (1980) es muy importante porque incluía un artículo donde hablaban de los juegos de rol cuando todavía no había juegos de rol en francés.
EliminarDe hecho, el desconocimiento todavía es grande, pues en ese mismo número señalan que el juego que regalan, "Le Château des Sortilèges", es el primer juego de rol francés. Evidentemente, "Le Château" es más bien un juego de mesa, aunque con tintes de rol.