sábado, 3 de junio de 2023

Críticas a Timun Mas y su literatura "basura"

 A lo largo de los años ochenta, noventa y primera década del s. XXI la editorial Timun Mas publicó un tipo de literatura menospreciada por la crítica especializada (sea lo que sea eso). Ese tipo de literatura era el de las franquicias, es decir, las distintas series de novelas de la Dragonlance, Reinos Olvidados, Warhammer, Battletech, etc.




En definitiva, un tipo de literatura que se encuadraría en lo que posteriormente se ha denominado "literatura basura" o "literatura light". Por definirlo de alguna forma, novelas comerciales creadas expresamente por encargo para que se vendan bien. Este tipo de literatura se caracterizaría por su escasa calidad literaria (poca profundidad psicológica de los personajes, lenguaje sencillo, etc.), la ausencia de mensaje (su única intención sería la de entretener) y un destinatario (especialmente joven) poco versado en la "gran literatura".

 

Como digo, durante todos estos años Timun Mas publicó este tipo de novelas, lo que conllevó no solo una crítica negativa de las obras, sino incluso de la propia editorial. Veamos algunos ejemplos de esta crítica o menosprecio, sacados de muy distintos medios y a lo largo del tiempo (la negrita y los corchetes son míos).

Esta primera crítica que he escogido aparece en Pórtico, el boletín de la AEFCF (Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción). Como ahora veremos, junto al desdén por Timun Mas, aquí también pilla repaso la propia Margaret Weis...

"Timun Mas ha lanzado otros sotopotocientos veintisiete títulos, como siempre. Entre ellos: El rey perdido, de Margaret Weis (una de las perpetradoras de las Dragonlances); (...) y Tigana, de Guy Gavriel Kay, que milagrosamente es una novela, no una trilogía ni un shared world, y que, aunque difícilmente se puede considerar original, sí muestra al menos que el autor no aprendió a escribir en el club de rol de su barrio" (Juanma Barranquero, Pórtico #1, abril de 1992).

En Pórtico #2 también observamos ese desprecio por Timun Mas y por la Dragonlance:

"Timun Mas va a reforzar sus dragonadas con tres nuevas y fastuosas series: Héroes de la Dragonlance (2ª trilogía), Compañeros de la Dragonlance (6 volúmenes) y Cuentos de la Dragonlance (3 volúmenes). Sin comentarios" (Alberto Santos, Pórtico #2, octubre de 1992).

Por esos años, la francesa Florence Bhem se encuentra en España escribiendo su tesis "La Ciencia Ficción en España" (1993). Florence estuvo en contacto con el fandom español, y viendo las críticas anteriores, parece de lo más normal la impresión que se llevó de Timun Mas (ojo, donde dice "aficionados" debemos entender "fandom"):

"A partir de finales de 1991, muchas colecciones parecían haber decaído o entrado en parálisis. Futurópolis se había frenado casi en seco, Ultramar tenía problemas financieros y hacía meses que Tridente no sacaba nada. Se decía que Júcar iba a detener su colección de CF, y Edhasa tenía problemas con Nebulae. La colección de Martínez Roca se había vuelto más cara y entonces, los aficionados hubieran preferido ver desaparecer Timun Mas, reconocida por todos como la peor de las editoriales".

"Algunos títulos en particular, como Dune de Herbert, Crónicas marcianas de Bradbury, o El señor de los anillos de Tolkien siguen vendiendo, y las Crónicas de la Dragonlance de M. Weis y T. Hickman, publicadas en la editorial Timun Mas, muy mal considerada por los aficionados, se venden bastante bien" (Florence Bhem, 1993).

 


 

He aquí otra crítica negativa donde se relaciona la mala calidad de la obra con el buen número de ventas.

"Prometo que jamás se me habría ocurrido escribir una reseña de Ala de Dragón si no hubiera recibido el encargo de hacerla, pues esta novela, por llamarla de alguna forma -creo que a partir de ahora me referiré a ella únicamente como libro-, sirve para dejar claras unas cuantas cosas.

Primera: Margaret Weis y Tracy Hickman escriben muy mal. Las páginas de Ala de Dragón son uno de los mejores exponentes de lo que cabría definir como literatura absurda (...)

Segunda: Margaret Weis y Tracy Hickman saben tanto de fantasía como yo de liturgia ortodoxa, lo que aseguro es bastante poco. (...)

Decía Herschell Gordon Lewis, en una cita que ya utilicé, algo así como "Poco a poco puedes descubrir los mecanismos para entusiasmar a la audiencia. Es como atraer a una rata a la trampa que le has tendido". Dudo que los autores de Ala de Dragón hayan consumido el cine de Lewis; sin embargo, y a tenor de las ventas de la editorial que los publica en nuestro país [Timun Mas], han captado la esencia de la mesiánica cita" (Jordi Sánchez, reseña de Ala de Dragón, en Gigamesh #2, agosto de 1991).

 


 

Y aquí otra (aparecida también en la revista Gigamesh) donde se vuelve a incidir en la mala calidad de una novela (de Timun Mas) y lo que vende esta "subliteratura" frente a la "gran literatura":

"Edddings construye mundos nuevos como quien lava. Basta con dibujar mapas de continentes desconocidos, adornarlos con nombres de países y ciudades que suenen raros y llenarlos de subnormales que los transiten.

¿Que Eddings goza de gran fama y el libro ha sido un best-seller? No lo dudo, pues contiene todos los elementos necesarios para que quien se aburra leyendo un buen libro lo pase en grande con él (...)" (Salvador Bernadó, reseña de Los guardianes del oeste, en Gigamesh #3, enero de 1992).

Evidentemente, esta crítica constante (a Timun Mas, a la Dragonlance, a Weis y Hickman...) llegó a sus seguidores. En la revista Líder, por ejemplo, tenemos el caso de un lector que se quejó porque Alejo Cuervo no recomendaba libros de Timun Mas ni de la Dragonlance...

"El mozo en cuestión (...) se quejaba de que en la lista de libros recomendados d.T. (despúes de Tolkien) no hubiera ningún libro de escritores tan maravillosos e innovadores como Gary Gygax... uy, perdón, quería decir Margaret Weis y Tracy Hickman (...) [Yo] Estaba un pelo harto de ver como las secciones de libros de las revistas del ramo se vendían, más o menos abiertamente, al oro de Timun Mas...". (Alejo Cuervo, Líder #32, diciembre de 1992).

 


 

Los años pasaban pero la imagen que se tenía de la editorial y de esta literatura "light" no cambiaba. He aquí otra crítica a la calidad de una de estas novelas (en este caso a El Código y la Medida) y a su capacidad de generar ventas:

"Este nuevo libro, si el adjetivo nuevo se puede usar en las novelas de Dragonlance (...) El filón de las novelas de la Dragonlance parece que no termina por extinguirse, aunque pierde calidad, que no lectores. Y mientras que estos le dediquen su atención seguiremos padeciendo entregas sucesivas" (José Luis Martínez, Dosdediez #2, enero de 1994).

En esta otra la crítica se dirige ahora a Timun Mas y su capacidad de explotar a los clásicos:

"Todo un homenaje económico es el que han rendido a Tolkien. (...) Próximamente Timun Mas publicará Tolkien, levántate y anda, edición limitada de cien mil ejemplares para coleccionistas. Todo un acontecimiento, vaya" (José Luis Martínez, reseña del libro de relatos Homenaje a Tolkien, en Dosdediez #4, mayo de 1994).

Avancemos unos cuantos años. Vayamos ahora al año 2000. La situación no ha cambiado en nada: Timun Mas seguía publicando franquicias y los críticos recordándonos que era literatura "light".

"Aun aceptando que la franquicia es totalmente incapaz  de generar nada literariamente presentable, hay que reconocer que este tomito resulta curioso por su falta de pretensiones. (...) Personajes planos, escenas que rozan la tontería, pero sin llegar a la ridiculez... todo en este volumen, uno de los salvables (con reservas) de la Dragonlance" (Alberto Cairo, crítica de El legado de Steel, en Solaris #3, abril de 2000). 

 


 

Ojo, estoy señalando críticas a libros de la Dragonlance pero hay ejemplos para todas las franquicias. He aquí una para la trilogía El Elfo Oscuro de los Reinos Olvidados:

"Si buscas complejidad, personajes bien estructurados y altura literaria mira hacia otro lado. Si lo que quieres es divertirte sin darle muchas vueltas a lo que lees, este es uno de los mejores libros que te puedes encontrar" (Juan Carlos Poujade, crítica a la trilogía El elfo oscuro, en Solaris #4, junio de 2000).

 


 

En esta otra, al hablar de su autor (R. A. Salvatore) nos describen también a su público:

"Salvatore es el líder actual de las franquicias de Espada y Brujería, más famoso incluso que Howard, arrasa en las convenciones y hace estragos entre los jóvenes lectores de género, que lo consideran un autor de culto por su adecuado tratamiento de la acción, los combates y la imaginería tradicional del fantástico de aventuras.

Sus obras abundan en luchas, magia y tópicos tan comunes que resultan dolorosos al lector avezado. Pero para los que se inician en él todo son pasajes intensos, conocidos por películas, libros y rol. Lectura agradable para lectores sin pretensiones" (Israel Muñoz, crítica a Barbacan, en Solaris #4).

 


 

Cabe preguntarse por qué, después de tantos años, Timun Mas seguía publicando este tipo de novelas que tan mala impresión dejaba entre los críticos. Exacto, ya lo hemos dicho antes: este tipo de literatura vendía mucho.

Según José Luis Cuesta, a finales de los noventa solo las dos primeras series de la Dragonlance (las Crónicas y las Leyendas) habían vendido ya 12 millones de ejemplares en todo el mundo (V. Solaris #1, diciembre de 1999). Es verdad que esos 12 millones todavía estaban lejos de los 50 que El Señor de los Anillos había vendido hasta la fecha, pero 12 millones era (y es) todo un hito.

Si nos fijamos ahora en los diez libros más vendidos en Gigamesh en febrero de 2001 (V. Solaris #9, abril de 2001), comprobamos que hay cinco franquicias entre los más vendidos, tres de ellas de Timun Mas (incluido el libro más vendido). 

 


 

Podríamos pensar que lo mismo es que Mataskavens y En el Torbellino tuvieron buenas críticas, y de ahí sus ventas. Al contrario, estas novelas fueron valoradas por la crítica igual que todas las que venimos viendo:

"En resumen: libro de bolsillo no solo por su encuadernación sino también por su ligereza en contenidos y calidad literaria; aún así, los amantes de Warhammer pasarán un buen rato leyéndolo" (José A. Fernández, reseña de Mataskavens, en Solaris #9, abril de 2001).

"Decepción, desilusión, desengaño, fiasco, chasco...; la verdad es que podría continuar con el diccionario, pero creo que se entiende el mensaje. Es lamentable que yo opine así, puesto que soy un gran aficionado del juego de figuras en el que se basa el libro" (Ricardo Zapatero, reseña de En el Torbellino, en Solaris #9, abril de 2001).

 


 

Podríamos poner también la lista de los más vendidos de las librerías Arte 9 (o de Gigamesh en otros meses), pero esta era la tónica general.

En fin, nos encontramos otra vez con la misma situación: críticos que insisten en la poca calidad literaria de estos libros y un público (numeroso) que no les hace caso. Otra cuestión es la de si estas críticas llegaban a los lectores que compraban estas franquicias, que en gran parte me parece a mí que no.

 


 

Por terminar, y aunque es verdad que la gran mayoría de estas novelas no tengan calidad literaria y hayan sido concebidas sin más pretensión que la de entretener, no podemos olvidar una realidad: Timun Mas cubrió una demanda que estaba ahí, la de muchos ¿jóvenes? que querían leer ese tipo de novelas (aquí un servidor) y Timun Mas les dio lo que querían. 

¿Que luego estos lectores (¿jóvenes?) llegaron a apreciar una literatura de más calidad? Pues puede, pero tampoco debería preocuparnos eso. En ese momento todo ese público quería pasar un buen rato LEYENDO y no cabe duda que lo consiguieron gracias a Timun Mas.


38 comentarios:

  1. Pues no puedo estar en más desacuerdo con esas críticas de los considerados expertos o voces autorizadas del sector.

    En mi experiencia, siempre me han parecido libros maravillosos como introducción a los mundos fantásticos y de ciencia ficción, que hicieron que disfrutara en mi juventud de horas y horas y que iniciaron mi afición al género. Con los años, he ido evolucionando y demandando libros con historias más profundas o menos sencillas, pero eso no quita que les siga viendo muy adecuadas para lectores más noveles.

    Además, la gran cantidad de sagas permitían que si te gustaba algo, pudieras seguir explorando sus historias casi de manera infinita (más de 50 libros de Dragonlance, otros tantos de Reinos Olvidados, uf.. tengo las estanterías llenas), del mismo modo que hoy en día los juegos online hacen lo mismo con sus mundos abiertos.

    Y tan malos no serán, cuando después de tantos años se siguen sacando nuevas novelas (ahí tenemos al amigo Drizzt con sus peripecias, el retorno de Weiss y Hickman con el retorno a la franquicia, entre otros). Siempre he pensado que las críticas son opiniones personales, y no por ello tienen más peso que cualquier otra; y los números lo demuestran, cientos de libros vendidos y un público bastante fiel.

    ¿Los recomendaría para un público juvenil? Sin lugar a duda. ¿Si hacemos una relectura hoy en día disfrutaremos igual? Probablemente no, porque nosotros también hemos evolucionado con el tiempo, pero el factor nostálgico siempre está ahí, y quizás una lectura ligera sin muchas pretensiones para terminar el día, siempre se agradece.

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    1. Dani, suscribo de la primera a la última palabra. No puedo estar más de acuerdo.

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    2. Yo tengo claro una cosa. Después de la colección de los Hollister y de los libros de la colección naranja de. Barco de Vapor, me encontré con un vacío literario que no sabía cómo llenar, a excepción de algunas escasas excepciones.

      Si no hubiera sido por estos libros, no hubiera sido el lector que soy ahora. Necesitaba un puente y estás colecciones me lo proporcionaron.

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    3. Pues sí, a mí me pasó una cosa parecida. Después de leer durante la EGB los libros del Barco de Vapor nos plantaron en el primer trimestre de 1° de BUP Crónica de una muerte anunciada, que aunque es una PE-DA-ZO de NO-VE-LA que sigo leyendo todos los años con mis alumnos de 4° de ESO, en su momento no pude apreciar su calidad (es más, probablemente ni la acabé).

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    4. Indudablemente no serán novelas dignas de un premio, pero las novelas de la Dragonlace consiguieron algo que ninguna de las docenas de novelas que me hicieron leer en el colegio/instituro consiguió, aficionarme a la lectura.

      Por otro lado, las novelas del la segunda trilogía del elfo oscuro están en el escaso pedestal de ser libros que me leí del tirón, eso de ponerte una mañana del sábado a leértelas y terminarlas de madrugada. Tan malísimas no serán.

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    5. exacto, cada cosa tiene su momento, por cierto, gran articulo

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  2. Hay veces que lo único que queremos es abstraernos y no darle más vueltas al coco y esas novelas cumplían a la perfección. Como quien ve a día de hoy películas de acción sin grandes argumentos ni personajes.

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    1. Exacto, o cuando queremos jugar una partida de rol sin complicarnos mucho la cabeza, ya sea con un juego de humor o explorar un dungeon sin más complicaciones.

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  3. Me leí la primera trilogía de la Dragonlance con 20 años y ya entonces me parecieron novelas malísimas, así que esas críticas las veo acertadas. Ahora, que no creo que la editorial Timun Mas engañase a nadie; vendía exactamente el producto que se le pedía.

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    1. Claro, yo creo que influye mucho con qué edad leemos un libro y el bagaje que tenemos en ese momento. Yo las "Crónicas" sí las leí más pequeño, y me gustaron mucho (era exactamente lo que iba buscando en ese momento).

      Ahora, años después leí "Los hermanos Majere" (me encantaba el personaje de Caramon) y esa ya no me gustó nada :-(

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  4. De este tipo de novela creo que solo habré leído la trilogía de La Tribu de Uno, de Dark Sun, y es lo que es, novela ligera y entretenida de fantasía, sin más pretensiones. No entiendo que tiene de malo algo así.
    Los Hijos de Hurin, de su ilustrísima J.R.R., a mi me parece un bodrio, por mucho que su calidad narrativa sea mejor. Al final cada libro tiene su público, aunque a otros no les guste.

    Estas cosas del exploitation en literatura vienen de toda la vida; recuerdo que mi abuelo tenía un montón de novelillas de western cada una peor que la anterior, y se vendían como churros en su momento.

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    1. Yo hace años encontré en un "Todo a cien" algunas de esas novelas de western pequeñitas y estuve a punto de comprar una. Quería comprobar de primera mano cómo eran, pero al final no la compré y todavía tengo curiosidad por leer alguna.

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  5. Es casual que tantas críticas estuvieran en Solaris? Casi parece una campaña contra la editorial, para que se vendieran más libros de otras editoriales afines… Quizá habría que revisar las críticas positivas que aparecieron en Solaris, a ver si apuntaban a otra editorial…

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    1. Bueno, a que salgan muchas críticas de Solaris en esta entrada se debe a varios factores.

      En primer lugar, porque de Solaris tengo veinte números y de otras revistas muchos menos: solo dos "Pórticos", tres Gigamesh, en BEM no había reseñas, una Galaxia, etc. De todas formas, la tendencia es muy similar. De hecho, acabo de actualizar la entrada con dos reseñas de Gigamesh para que haya más variedad. En cuanto a las de "Galaxia", no he incluido nunguna porque no figura el autor de la reseña, pero como digo son similares.

      Un segundo factor es que en la revista Solaris intentaban reseñar TODO lo que se publicaba, y entonces hay muchas reseñas disponibles. Por contra, en los tres primeros números de Gigamesh (que son los que tengo) Timun Mas aparece muy pero que muy poco.

      Por último, señalar que en Solaris también hay críticas sobre libros de Timun Mas que no son destructivas (sobre todo las de Carlos Donderis Sanz) y, por otro lado, tampoco te voy a negar que en las reseñas de las novelas de Mundo de Tinieblas los reseñadores no eran muy malos. Tampoco decían que fuesen grandes obras, sino buenas novelas para pasar un buen rato entretenidos.

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  6. Me da la impresión de que las críticas son un poco quejas de gente que no acababan de entender que la literatura tiene como uno de sus propósitos entretener a los lectores. Conseguir crear aficionados a la lectura no es fácil y un error frecuente es que quien ya lo es crea que tiene el criterio absoluto de decidir qué es lo que otras personas deben disfrutar o rechazar. En realidad, cualquier libro que haga disfrutar a un lector, sobre todo uno joven que no tiene todavía desarrollado un hábito o afición por la lectura. Quizás en el futuro siga descubriendo cosas y llegue un punto en que podáis compartir lecturas. O quizás no ¿Qué más da? Mientras lo disfrute, a mí me parece genial :)

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  7. A ver, recuerdo la trilogía Nunca padres con un dragón, que me pareció la bomba en su momento, pero mejor no volver a leerla , pero también el reino de Darwath, de Barbara Hambly, que hoy día me sigue pareciendo increíble. Y sin la editorial, estaría sin publicar.
    Y como decís muchos, estas novelas me permitieron dar el salto a otras, en mi caso Cien años de soledad.

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  8. Pues me da la sensación que voy a ser la voz disonante aquí. Tal vez mi problema es que di el salto de esos "Elige tu aventura" a Tolkien y claro, estos libros me resultaban en su mayor parte muy pobres, cuando no directamente ilegibles. Eso sí, confieso que me lo pasé bien con Salvatore, pero reconozco que era también bastante pobre y, en mi caso, no resistiría una relectura. Yo no veo nada malo en que se reconozca la pobreza literaria de esos libros, que no está reñido en que se haya podido disfrutar con su lectura. Me parece lógico que esas críticas fueran nefastas. No veo nada escandaloso o anormal en ello.

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    1. A mí lo que me llama la atención son dos cosas. La primera, que lo mismo estaban predicando en el desierto. Es decir, yo creo que el público que compraba Gigamesh o pertenecía a la AEFCF ya estaba convencido de que la literatura de Timun Mas era como ellos decían. Por contra, no llegaban al público al que podían haber convencido.

      En segundo lugar, me pregunto si, con los años, no habría ciertos colaboradores que se pudieran sentir cohibidos por hablar bien de Timun Mas en el sentido de "si hablo bien de esta novela van a pensar que no entiendo de LITERATURA ".

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    2. Cuando la crítica es amable, al menos a mi, no me aporta nada. Eso me ha ocurrido con el cine, que me costaba mucho encontrar verdadera crítica y no simple publicidad complaciente de las película. Por ejemplo, Israel Muñoz hace una buena crítica de Salvatore, no niega su atracción, pero no se corta en comentar el valor que ofrece. Concedo que las críticas deberían al menos desarrollarse y no quedarse en un simple "esto es malo" y, sobre todo, bajarse al nivel del producto: "¿considero que ofrece algo al lector al que está dirigido?", "en relación a las otras obras de un mismo autor ¿Esto es mejor o peor?".

      Creo que una publicación especializada en ese género no podía tampoco pasar por completo por alto esos libros. Al fin y al cabo se vendían como rosquillas y estaban ahí en las estanterías de las librerías. Posiblemente no hubiera tantas otras novedades como para dejarlos sepultados tras otras críticas. Tampoco veo como alguien que haga las funciones de crítico pueda hablar bien de ellos, más que en los términos previamente expuestos. Hace poco he heredado la colección de Timun Mas de un colega con más de 30 títulos y me he percatado como ya en esa época había sido incapaz de leerlos a pesar de que me los ofreció varias veces y haber sido un lector voraz (tenía problemas de insomnio y la lectura era mi válvula de escape).

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    3. Muy de acuerdo con la segunda parte de tu comentario, a veces cuando se ensalza una obra sin la suficiente calidad técnica - que alguien con más autoridad estandariza previamente - parece que quien está a favor no tiene aptitudes.
      Como dirían en el Club de los Poetas Muertos, ¿acaso puedes medir el valor de manera objetiva el valor de una obra?
      No creo que Tolkien presentara los personajes mejor construidos de la narrativa fantástica, sinceramente. Y nadie lo cuestiona.

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    4. Dejo aquí un enlace a una entrada que me ha gustado mucho, en relación a "la literatura basura en contraposición con la literatura culta":

      http://www.bernat-ruiz.com/2013/04/17/ebls-2013-la-literatura-basura-en-contraposicion-con-la-literatura-culta/

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    5. Gracias por compartir el enlace. Interesante lectura.

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  9. Gran entrada. La crítica literaria "seria" tiene que hacer una reflexión, porque gracias a la literatura como la que ha traido Timun Mas mucha gente se ha enamorado de la lectura. A mi me gustan todo tipo de géneros, leo desde hace décadas y sigo disfrutando de obras como la de Salvatore o la saga del Avatar, también en Reinos Olvidados.

    En ese sentido siempre he pensado que si alguien merece el Nobel de literatura es Stephen King. Generación tras generación, millones de personas se han acercado a los libros gracias a él. En España, ya lo hemos comentado alguna vez, aún queda pendiente el reconocimiento que merece alguien como Domingo Santos, quien ha hecho tanto por la literatura como las grandes editoriales. El "pecado" de ambos ha sido el ser apasionados de géneros menores para la crítica: Ciencia ficción y terror.

    Gracias al trabajo como el vuestro se contribuye a la reivindicación de esta gente :-)

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  10. Yo saco dos cosas en claro, e intentaré der breve:

    La primera es lo que han dicho otras personas esta literatura lleno un hueco que muchos necesitábamos rellenar. En mi generación teníamos o Harry Potter que recién habían salido o este tipo de literatura fantástica . También estaba lo de Eragon por ahí sonando. Pero no había mucho más al alcance de la gente que iba por aquel entonces al instituto.

    Y la segunda: esta ristra de críticos, si pasan a la historia, será por dar impresión de pedantes amargados que cargaron contra un fenómeno de su epoca. Si los libros se vendían será por algo. Como pasó con crepúsculo y después con las sombras de Grey. Estarán mejor o peor escritos, pero la gente queria leerlos, por lo que fuera. Quieran o no, fueron un éxito. Y a muchos nos vinieron muy bien tenerlos a mano en unos años en los que solo queríamos fantasear con otros mundos.

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  11. Estos críticos (de pacotilla) no se daban cuenta de que aquellos libros y novelas hacían cantera para futuros lectores de novelas adultas. ¿Los muy cretinos pensaban que los que leían esos libros no iban a leer otra cosa en su vida? Yo me leí en su día decenas de novelas de ese tipo y hoy en día me leo lo que se me ponga por delante. De no ser por esas dragonadas jamás habría cogido el gusto por la lectura.

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    1. total, es como despreciar a la gente que va al gimnasio y solo levanta 5 kg, dejales que algo estan haciendo y a lo mejor en un futuro levantan 40

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  12. La crítica en general siempre se caracterizó o por inflar de mas, o dar a parir -como en este caso- de forma asquerosa. Siempre noté cierto snobismo, con el único fin de destacarse, poniendo críticas de este tipo en obras como Dragonlance. Y es que pienso que repiten lo que otro "crítico" dijo por ahí porque en realidad no lo han leído, o bien hacen estas críticas para destacarse como "cultos". Que hay obras malas, las hay, pero he leído mucho en mi vida y no veo tantos elementos de pobreza literaria en obras como Dragonlance. Hay que saber separar lo que a uno no le gusta de lo que es malo. A mi no me gusta Harry Potter, no por eso voy a decir que es una obra mal hecha o de mala calidad.

    En definitiva: Queda claro que la premisa Nº1 es el entretenimiento con acción, humor y romance, pero si entre medio de estos elementos no encontraron cierta profundidad, es porque o no leyeron nada o su incapacidad es severa. He visto el mismo tipo de crítica sobre las obras de Robert E. Howard y son igual de perezosas o idiotas.

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  13. He visto la foto de la portada y bueno, partiendo que las opiniones son como los culos, tengo que decir que, en mi opinión yal menos en el caso de la trilogía de "la tribu del uno" dentro de "Sol oscuro", decir que es basura me parece poco. Soy gran fan del pentaprisma original, también jugué a sus dos juegos de PC y no se si habrá mucho más sobre el tema, pero la historia de Sorak me parece horrible, hasta el punto de cargarse el mundo inicial. Me compré en su momento los 3 libros a la vez y pocas veces me he arrepentido tanto.

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  14. @surf: a ver si he entendido bien esta entrada. Años ha solías leer trilogías de Timun Mas, y todavía te escuece que la crítica especializada las tratara tan mal como lo hizo en su momento. ¿Es correcto o se me ha escapado algo?

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    1. En efecto, creo que no has "entendido bien esta entrada", o yo no me he expresado de forma clara, que también puede ser.
      Sí es correcto que a mediados de los noventa leí dos trilogías de la Dragonlance (las Crónicas y las Leyendas) pero en su momento no me molestaron esas críticas porque no las vi. Para empezar, todas las de la revista Solaris ni siquiera se habían escrito en 1994, y las del boletín de la AEFCF... Con esa edad, no sabía ni de la existencia de la Asociación y mucho menos de su boletín.
      En fin, lo que he comentado antes, que esas reseñas no llegaban a los adolescentes que compraban estas novelas, con lo que me parece un trabajo estéril (estoy seguro de que los lectores de Pórtico ya estaban convencidos de que la literatura que publicaba Timun Mas no era para ellos; vamos, que era una pérdida de espacio y tiempo que un crítico se lo recordase en cada número).
      Por contra, lo que sí me ha sorprendido mucho ahora (cuando he encontrado todas estas publicaciones, a posteriori) es ese esfuerzo de la crítica "especializada" por evitar la compra de estos libros y, finalmente, las ventas que consiguieron estas novelas.
      En fin, mi objetivo era reflejar ese contraste y, por supuesto, romper una lanza a favor de esa editorial tan menospreciada por los críticos, pero que tan buenos momentos nos hizo pasar de jóvenes :-)

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    2. Entendido, gracias por la respuesta. He de decir que yo leí las "Crónicas de la Dragonlance"... en una Edición Aniversario, y la verdad es que no me hizo ni fu ni fa (si acaso, me quedo con los -tronchantes- comentarios a pie de página de los autores).

      (1) Durante un tiempo fui subscriptor de la revista Gigamesh, por lo cual estoy en condiciones de confirmar plenamente lo que dices sobre las malas críticas y el éxito de ventas.

      Dato interesante: entre los números 23 (enero de 2000) y 32 (año 2002) de la revista, hubo un apartado especial en la sección de Críticas dedicado en exclusiva a fustigar toda franquicia que se terciara, ya fuera de dragones, de vampiros, de robotazos o de marines espaciales. ¿Título de dicho apartado? "El Camión de la Medianoche".

      Más interesante aún es que el Sr. Alberto Cairo, responsable de "El Camión de la Medianoche", acabara su andadura con una reivindicación de la franquicia.

      "Las franquicias son un paso en la formación de lectores conscientes. ¿Son basura? En su mayor parte, sí, sin duda. Pero son basura que se lee(...)" (Alberto Cairo, en Gigamesh #31)

      (2) surf dijo: "estoy seguro de que los lectores de Pórtico ya estaban convencidos de que la literatura que publicaba Timun Mas no era para ellos".

      anonimous dice: pues yo no estaría tan seguro. En las críticas se huele el pánico. Pánico a que los fieles prueben la fruta prohibida y se pasen al enemigo con armas y equipo. En los EE.UU. -se decía- las franquícias habían arrasado el mercado de la ciencia-ficción, y apenas quedaban libros de género escritos de manera artesanal.

      (3) A estas alturas de la película me da lo mismo alta literatura que literatura basura que un calcetín remendado. Desde que tengo uso de razón he sido un lector compulsivo, pero para mi la literatura (junto con el cine, las teleseries, los tebeos, las canciones...) es otro paquete más para envolver las historias. ¿Y qué se hace con los paquetes una vez abiertos? Se rompen y se tiran.

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    3. Vaya, no tengo revistas Gigamesh de esa época, pero llevo queriendo comprar algunas de segunda mano desde hace un tiempo (y ahora más).

      Pues sí, es sorprendente que Cairo acabase reivindicando la franquicia como libro útil porque te puede llevar a literatura "de calidad".

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  15. Hola. Aunque este artículo tenga ya unos meses, he pensado en escribir este comentario para dejar constancia de mi experiencia con este tipo de literatura tan criticada, ya que contrasta con la vivida por la mayoría de participantes en los comentarios. No sé si alguien llegará a leer esto que escribo pero, por si acaso, lo dejo aquí plasmado.
    Soy un gallego nacido en 1986 y crecí viendo cine fantástico y, sobre todo, jugando a videojuegos que, en los años 90, empezaron a popularizarse entre la infancia y juventud de este país. La lectura no formaba parte de mis hábitos de chaval; nada más lejos de la realidad. Me costaba leer un montón, ni tan siquiera lograba acabar de leer las lecturas obligatorias del colegio. Visto ahora en retrospectiva, creo que la mayor razón para este último hecho era que no me atraían nada las temáticas de lo que mandaban leer en clase. Dicho esto, cabe decir que se daba la circunstancia de que uno de mis hermanos mayores sí era un lector empedernido y poseía una gran biblioteca de novelas de ciencia ficción y fantasía, pero yo no hacía ni ademán de acercarme a ella ni de preguntarle por algún título para leer; yo prefería dedicar todo mi tiempo de ocio a jugar Final Fantasys y cosas así. Leer no me interesaba.
    A medida que fue avanzando el tiempo y entrando ya a mi adolescencia, mis amigos del cole, que también jugaban a videojuegos y con los que comencé a interesarme por los juegos de rol de lápiz y papel, fueron sacando el tema de conversación de las novelas de Timun Mas. Ellos estaban leyendo Dragonlance, Reinos Olvidados, alguna novelas del universo de Warhammer 40k, etc...
    Total que, claro, para poder ser partícipe de algunas de esas conversaciones sobre novelas de fantasía que de vez en cuando surgían en los recreos y al quedar los fines de semana, les pregunté si me podrían recomendar o prestar alguna, a ver si me gustaban.


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  16. Tengo el vago recuero de que me prestaron "El retorno de los dragones" y nada, chico. No había manera. Me daba la impresión de estar leyendo una partida de rol cualquiera trasladada a formato papel. Fantasía y aventuras genéricas. Y para experimentar eso ya tenía el rol "real" y los videojuegos, que me daban interactividad. No acabé de leerla.
    Con mucha paciencia por su parte, recuerdo que también me prestaron después "Los fantasmas de Gaunt", que era una publicación nueva por aquel entonces, y la primera novela de una saga llamada Deathstalker. Por aquello de probar con la ambientación de ciencia ficción, a ver si el problema estaba en que no me motivaba la fantasía. Y tampoco las terminé. Tengo muy pocos recuerdos de aquello y solo sabría decir que me daban una impresión muy similar al intento anterior: aventuras y politiqueos mil veces vistos ya en cine y videojuegos y con una redacción como muy infantil, que no impresionaba. La acción me aburría, ya que la que tenía que imaginar, para mí, no podía rivalizar con la que podía ver y escuchar en los otros medios.
    Llegado a este punto, lo de leer lo tenía ya asociado a algo farragoso y poco estimulante, por decirlo de alguna manera.
    Pero un día, como mi hermano mayor estaba siempre leyendo y hablando de los argumentos de aquello que leía con sus amigos, y que yo a veces les escuchaba fascinado por casa, le comenté lo que me pasaba a mí con la lectura. Que no conseguía leer nada. Para él era normal y comprendió el problema enseguida. Según él tenía que probar con otro tipo de literatura, más basada en las ideas y la reflexión, y no en la acción y las aventuras sin mucho propósito, que era lo que publicaba la editorial que él llamaba socarronamente "Timo Más". Me dio para empezar los libros de Terramar de Ursula K. LeGuin que, manteniendo sus peripecias aquí y allá, las noté más propensas a hacerme reflexionar sobre lo que sienten los personajes y su manera de ver el mundo. La filosofía que había detrás de sus acciones y de la implicación de la magia. Eso se me hacía más interesante y le daba un buen equilibrio a la parte de acción esporádica que siempre viene bien para mantener el interés. Aunque me costó acabarlos, fueron los primeros libros con los que lo conseguí.

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  17. Luego le pregunté por Hyperion, porque era una saga de novelas de ciencia ficción de las que siempre hablaba bien y que le vi por casa más de una vez. Me volaron la cabeza. El misterio de aquellas historias y cómo se entretejían entre sí en un universo futuro riquísimo me maravilló. Tenían acción, terror, misterio, sentimentalismo... De todo. Y además narrado usando un montón de recursos estilísticos llamativos, de esos que te enseñaban en las clases de literatura del instituto, y que le daba mucha variedad a lo contado y mantenían mi interés mientras leía. Y aquello me marcó tanto que la ciencia ficción es mi género favorito hasta el día de hoy.
    Quería contar esto, y perdón por la extensión, porque creo que si solo hubiese estado expuesto a la lectura académica obligatoria, las lecturas de Timun Mas y sus adaptaciones de franquicias más populares, es posible que no hubiese llegado a leer ninguna novela en mi vida. Es un caso distinto a los del resto que he leído comentar y creo que puede venir bien conocerlo para juzgar más justamente la situación.
    Me gustaría también añadir a mi descargo, por si alguien me acusa de snob o querer dármelas de intelectual por haber conseguido instaurar la pasión por la lectura en mi persona a base de lecturas de una literatura mejor considerada por los críticos especializados (no así por el mundo de la literatura general, eso lo sabemos todos), que no tengo estudios superiores y tengo un trabajo no cualificado y bastante miserable y hasta recibo mofas por no saber interpretar cosas bastante básicas como lo que figura en una nómina o la factura de la luz. He intentado explicar con razones más o menos concretas y razonables por qué la literatura de entretenimiento de Timun Mas no me atrajo nunca.
    Esta experiencia mía además, creo que me sirve para comprender el comportamiento de los críticos hacia esta literatura, que ha despertado dudas acerca de su propósito e intenciones en este artículo. No creo que las malas opiniones se deban a querer quedar por encima de los demás o sentirse especiales (bueno, habrá de todo), creo que más bien obedecen a un sentimiento de frustración, parecido al que yo mismo pude haber sentido al tratar de leer esas obras, ¿vosotros qué opinaríais acerca de una novela que os ha costado dios y ayuda terminar y que no os dice nada? ¿No querríais evitar ese malestar en el resto de lectores? Pienso que por ahí deben ir los tiros. También puede ser que esa crítica tan enconada hacia Timun Mas surgiera como grito de socorro ante quien se ve inundado de ese tipo de literatura mientras la que es un poco más complicada y estimulante llega a cuentagotas y mucha se descataloga y no se reedita, siendo una odisea encontrarla. Creo que existe algo de agravio comparativo en ese sentido.

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  18. Por otra parte, y siento terminar con una nota amarga, creo que sería digno de reflexión tener en cuenta cómo varios comentarios tildan de "pedantes amargados", "críticos de pacotilla" o "cretinos" a los señores que han publicado sus críticas más o menos duras a las publicaciones de Timun Mas, cuando lo que han hecho es eso y no cebarse con sus lectores. No he visto a esos señores decir que los que leen Timun Mas son lectores de pacotilla o unos cretinos. Yo ahí veo un tratamiento injusto.
    Nada más. Gracias por la atención. Un saludo.

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    1. Gracias por contar tu punto de vista. Las razones que comentas sobre la inquina de los críticos hacia Timun Mas no son nada descabelladas, aunque como siempre no se puede generalizar y no me extrañaría que más de uno hiciese la crítica a la novela de turno de Timun Mas influenciado por la mala fama que había ido adquiriendo entre los críticos, para manifestar además que su "nivel intelectual" estaba por encima de ellas.

      De todas formas, sí me gustaría añadir que, aunque los críticos no han utilizado la palabra "cretinos" o "lectores de pacotilla" directamente para definir a los lectores de este tipo de obras, sí se puede percibir en la crítica de varios de ellos, pues llegan a relacionar la calidad del libro con la capacidad del lector: "contiene todos los elementos necesarios para que quien se aburra leyendo un buen libro, lo pase en grande con él" o "Si lo que quieres es divertirte sin darle muchas vueltas a lo que lees"...

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    2. Claro, también habría casos de críticos que simplemente se dejasen llevar por la tendencia negativa que marcaron otros antes.
      El ejemplo que citas refiriéndose a los lectores de esa clase de literatura sí que se podría entender como un menosprecio indirecto, sí. Aunque yo, desde luego, no pensaba que alguien pudiese llegar a atacar el criterio de los lectores en sí. Volviendo al ejemplo que yo ponía en mi texto: mi hermano se burlaba de la editorial llamándola Timo Mas por la clase de novelas que publicaban, pero no le recuerdo reírse de sus consumidores (aunque mediante silogismo se podría entender que también). En cualquier caso, retiro lo dicho. Supongo que los ataques serán equitativos de un lado y de otro.

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