martes, 12 de agosto de 2025

El umbral del juego / Mazes and Monsters

Hace unas semanas vi la película El umbral del juego (Mazes and Monsters), una película muy antigua (1982) que nunca he tenido interés por ver por la fama que acarrea de atacar los juegos de rol. Sin embargo, la película me ha sorprendido, pues tenía unas expectativas tan negativas que, tras verla, no me ha parecido que ofrezca una visión tan negativa de los juegos de rol como yo me esperaba. 

 


 

Como digo, tenía unas expectativas tan malas, que al final no me ha parecido para tanto. Para empezar, me esperaba ver muchos de los falsos mitos que se han llegado a atribuir a los juegos de rol, mitos como los que recopiló en 2002 Mikel Cabriada y que, seguramente, habréis escuchado alguna vez: que si "los juegos de rol proponen actos vandálicos", que si tienen "temáticas cercanas al satanismo", que si "son violentos e inducen a la agresividad", que si el DJ "obliga a superar pruebas a los JUGADORES", que si en los juegos de rol "se obedece ciegamente las instrucciones dadas por el máster sin posibilidad de actuar libremente", que si "para jugar a rol se usan elementos característicos del espiritismo como tablas de ouija", que si "incitan a las adoraciones paganas y a la brujería" o que "si alguien abandona una partida, el Máster idea castigos que deberán llevar a término sus antiguos compañeros de partida".

En fin, estoy seguro de que habéis oído estas y otras memeces alguna que otra vez. Y claro, un buen puñado de estas es lo que yo me esperaba ver en El umbral del juego.

 


 

Sobre todo, esperaba ver esa idea tan repetida por los que no conocen los juegos de rol de que, en la partida, el DJ propone a los JUGADORES crímenes que tienen que cometer en la vida real. 

Como digo, la película me ha sorprendido porque en ella no aparecen estas idioteces. Por ejemplo, en varios momentos se ven a los protagonistas jugando una partida, y en mi opinión se ve claramente lo que es una partida de rol. Cada jugador interpreta un PJ en un mundo de fantasía medieval (un clérigo, etc.) con sus niveles, sus hechizos, sus puntos de experiencia...

¿Y dónde está el problema entonces? Pues en que un jugador (el personaje que interpreta Tom Hanks) termina creyéndose que es su PJ en la vida real. Ahí tengo que dar la razón a los que señalan ese ataque a los juegos de rol, pero me gustaría matizar que en la película no se critican los juegos de rol en general, ni a ese juego inventado (Mazes and Monsters) en particular.

 


 

Estamos ante un jugador con problemas mentales previos, y es que Robbie (el personaje que interpreta Hanks) sufre una depresión tras la misteriosa desaparición de su hermano hace unos años. Una desgracia familiar que cada miembro de la familia afronta de una manera distinta: la madre bebiendo alcohol y el padre siendo muy estricto y discutiendo con ella.

Si en la película los juegos de rol o ese juego en particular hicieran confundir la realidad y la ficción, también afectaría al resto de jugadores, cosa que nunca pasa. Solo le pasa a Robbie, que como hemos dicho sufre una especie de depresión por la desaparición de su hermano. 

Al final de la película Robbie está en tratamiento, aunque sigue confundiendo la realidad con la ficción (se supone que sufre una enfermedad mental, un trastorno de identidad). Sin embargo, me parece muy significativo que la madre de este no le echa la culpa ni a sus amigos ni a los juegos de rol.

No sé, como dije al principio tenía unas expectativas tan negativas que al final me ha dado la sensación de que la película no es para tanto, al menos en el sentido de que sea un ataque a los juegos de rol en general. De hecho, creo que la palabra "rol" no se pronuncia nunca en la película. En fin, ¿qué pensáis vosotros?

Por otro lado, supongo que no será lo mismo verla en un contexto que en otro; por ejemplo en 1994 tras el circo mediático cometido con el crimen de Madrid; o ahora en 2025, después de haber visto cosas mil veces peores.

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