sábado, 28 de febrero de 2015

El Cid: la película.

Trabajando con mis alumnos la educación en valores a través del cine, en concreto con la película El Cid (1961), de Anthony Mann, no he podido dejar de pensar lo actual que resulta si tenemos en cuenta los sucesos acaecidos en los últimos tiempos por el extremismo islámico.

Por otro lado, y viendo el nombre de este blog, esta película viene de perlas si queremos ambientarnos un poco antes de jugar una partida de Aquelarre e incluso de Alatriste (más adelante veremos por qué).

Pero veamos antes algunos datos técnicos y esperemos que el público joven le dé una oportunidad porque, francamente, la merece. 

En efecto, la película es bastante antigua: nada menos que de 1961. Dura 172 minutos, su director es Anthony Mann y como actores principales tenemos a los geniales Charlton Heston y Sofía Loren. Está recomendada para todos los públicos.


Como hemos dicho, este obra tiene cincuenta y cuatro años, pero gran parte de su contenido no puede ser más actual y, a la vez, lanza un mensaje bastante interesante para los adolescentes de hoy en día.

La película plantea que es posible convivir en paz entre distintas religiones. Además, juzga a los personajes por sus acciones, no por la religión que profesan. Así, encontramos personajes que responden al prototipo de héroes (valientes, leales, justos, honrados, misericordiosos, etc.) en ambas religiones y, por contra, también hay cristianos y musulmanes envidiosos, egoístas, traidores, mentirosos, etc.

"Matad, arrasad. ¡Conquistad España!"
Nada más comenzar presenciamos cómo el emir africano Ben Yusuf critica e increpa a los reyes moros que viven en la península
"Cuando hablan de vosotros hablan solo de poetas, de músicos, doctores y hombres de ciencia. ¿Dónde están vuestros guerreros? Os habéis convertido en mujerzuelas. Quemad los libros, transformad los poetas en guerreros, [...] que los hombres de ciencia inventen máquinas de guerra... Después: matad, arrasad. ¡Conquistad España!" (anacronismo que se emplea frecuentemente, pero que perdonamos).

"Traicionado por un cristiano y salvado por un moro"
 Compárese el mensaje de Ben Yusuf con uno de los últimos comunicados colocados en Internet por grupos terroristas: "Les decimos a los adoradores de la cruz que continuaremos nuestra Yihad y nunca nos detendremos hasta que Dios nos avale para cortar su cuello y enarbolar la bandera del Islam hasta gobernar en todos los pueblos y naciones. Solo entonces lo único aceptable será la conversión o la muerte por la espada". 

- ¿Cómo sabes mi nombre? - Solo hay un hombre en España que pueda humillar a un rey y dar de beber a un leproso en su propia bota"
 Como podemos ver, si lo relacionamos con el presente, Ben Yusuf representaría el radicalismo islámico. Y al igual que en la época, en nuestra España también conviven cristianos y musulmanes. Y por supuesto, también hoy la gran mayoría de musulmanes reniega de los vídeos con asesinatos, del atentado de París o de la reciente destrucción de estatuas milenarias. En la película encontramos a musulmanes como el emir de Zaragoza Moutamín, que se une a don Rodrigo para vencer a un enemigo común (Ben Yusuf).

Antes he mencionado que El Cid resulta ideal para ambientarnos a la hora de preparar o jugar una partida de Aquelarre o Alatriste. Quizás con el primero sea más evidente. Explicaré la relación que puede tener con el segundo. Durante buena parte de la película los personajes se ven obligados a actuar, más que por su propia voluntad,  por lo que es un deber social: la honra y el honor.

"No puedo pedir perdón. No es solamente que no quiero. Es que no sé hacerlo"
Como en el teatro de Calderón, "la honra es más importante que la vida" y lo peor es que esta "es tan frágil que se mancha con el aire". Para recuperar la honra el Cid se ve obligado a desafiar al conde Gormaz, padre de Jimena. A su vez, Jimena se ve obligada a rechazar a don Rodrigo (por mucho que lo ama) para vengar a su padre.

- Has comprado tu honor con mi duelo. - El hombre que tú amas no tenía otro camino que elegir. - La mujer que tú amas tampoco puede vacilar.

Otro tema interesante es el de la ambición por el poder, reflejado sobre todo en el rey Alfonso. Surge con el reparto de los reinos y acaba con la muerte del rey Sancho.


- ¡Decid amén! - ¡Lleváis las cosas demasiado lejos, Rodrigo! - ¡Decid amén!
Personalmente, la última hora de la película, es decir, todo lo relacionado con la toma de Valencia, me aburre un poco, pero todo lo demás me encanta: la tensión no decae en ningún momento. Es por eso que aconsejo que la veáis. No os defraudará.

Además, para el que quiera conseguir el DVD original, a día de hoy no es difícil ni caro. De segunda mano he encontrado varias películas en Internet a un precio de 2,50 €, 3,60 €, etc. 









4 comentarios:

  1. "-¿A qué venís a este lugar y a esta hora? -Venimos aquí combatir por la ciudad de Calahorra!!"

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  2. No sólo para aquelarre, en el libro de clan assamitas te recomiendan verla como ambientación.

    Buena reseña

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    1. ¿Ah sí? No lo sabía... Pues mejor, si alguien quiere llevar un assamita que también la vea.

      Muchas gracias, Traso.

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