jueves, 2 de julio de 2020

Primera partida de rol con mi niña

Ayer jugué mi primera partida de rol con mi niña. Jimena tiene cinco años y la idea de dirigirle una partida a ella sola se me ocurrió la semana pasada. Esta es mi experiencia por si a alguien le interesa.

Lo primero que decidí es que no tuviese ficha de PJ, para no marearla ni aburrirla con datos: eres muy fuerte, en Inteligencia tienes 5 puntos... 😴

Así, su PJ sería una de sus muñecas, la que ella quisiera. Escogió un Bebé Llorón, uno que le regalaron hace poco (Loretta se llama).



A continuación, yo cogí otro Bebé Llorón (de nombre Coney, para más señas), una figura de un cerdito, tres dados de seis caras, un folio en blanco y varias cartas de Bestiario y Equipo del juego de rol Tiny Dungeon.


Y empezamos.

La primera escena la narré yo solo (era el gancho). En una esquina del folio dibujé una casita y puse al lado "Casa de Coney". A continuación cogí a Coney y la carta de "Nigromante" de Tiny Dungeon, que sería la bruja de la partida. Puse voz de bruja y Jimena presenció cómo esta convertía a Coney en un cerdito, y todo porque probó una manzana hechizada de color amarillo (sí, como en Blancanieves, cuento que mi niña conoce bastante bien). 

Justo en ese momento la bruja se iba a su castillo y Loretta entraba en acción.

Loretta y su amiga convertida en cerdito.


Dos cosas me sorprendieron de Jimena. La primera, que me siguió la corriente, a pesar de haber presenciado la escena anterior. Así, su PJ llegó buscando a Coney e ignoró al cerdito:
"¡Coney, Coney! ¿Dónde estás?"

La segunda cosa que me sorprendió es que, en todo momento, Jimena interpetó a su PJ, cambiando su voz y hablando en primera persona:
"Ohh, ¿y cómo puedo ayudarte?"

El cerdo (o sea, su amiga) le dijo que podía preguntar a un enano que vivía cerca de su casa, a la derecha. En las siguientes escenas Jimena va viajando y conociendo a varios PJ: el enano, que vive en su cueva, el Dragón rojo, en las montañas, el Unicornio, etc. 



Cada uno de ellos le da una pista o un objeto a cambio de algo. Desde el principio tenía claro que no iba a haber combates, aunque sí enfrentamientos y desafíos. Estos se podían resolver con tiradas de dados y de otra forma. Por ejemplo, resolviendo sumas, restas o leyendo (recordemos que tiene cinco años, y esto me viene muy bien para que repase a lo largo del verano, pero de una forma divertida). 

El mapa lo iba dibujando sobre la marcha y las cartas las sacaba cuando aparecía el PNJ en cuestión.


El Unicornio, sin ir más lejos, le dijo que le ayudaría, pero que para eso tenía que encontrar la poción "Lágrimas de unicornio". A continuación le di varias cartas y ella tuvo que leerlas hasta que encontró las dichosas Lágrimas de unicornio.

"Si quieres la poción, tendrás que buscarla" (o sea, leer...).


Eso sí, también descrubrí que es bueno que no tenga las cartas en su mano durante mucho tiempo porque las aprieta con fuerza, y eso que tenían fundas nuevas... 😔

Con respecto a las tiradas, las utilicé para que Loretta superase distintos encuentros. Por ejemplo, para saltar y esquivar un temible lobo que se encontró en el bosque. La mecánica era sencilla: debía sacar 4, 5 o 6 en alguno de los 3d6 que siempre tiraba, aunque le pedí que los lanzara de uno en uno.



He observado con el Parchís y la Oca que no tiene paciencia y se frustra rápidamente si no sale la tirada que espera (por ejemplo, un cinco en el Parchís), por lo que quería trabajar esto. Por suerte, las fue sacando e incluso una que me pareció más difícil y solo valía como resultado el 5 y el 6. 

Incluso llegamos a tener una tirada en la que falló el primer dado, el segundo también y en el tercero sacó un... ¡¡6!! Fue un momento especial en el que los dos gritamos por la expectación (me recordó los críticos decisivos de las partidas de antaño).

Cuando terminó la partida pude confirmar que le encantó la experiencia porque quería jugar otra. Rápidamente me dijo que sacase otro folio en blanco y ella se fue por otro Bebé Llorón y una figurita de una ardilla... 

Vamos, que al final jugamos tres partidas a lo largo de una hora, de 13:00 a 14:00.

¿Otra partidita?


En definitiva, que los dos quedamos muy contentos con el experimento. Ella comprobó que esta forma de jugar es muy entretenida, y se olvidó por un rato del móvil y de la tele (que últimamente...). Además, conseguí que no se levantase de la silla, cosa bastante difícil de conseguir con las tareas que hasta hace poco le mandaba su seño del cole.

Por mi parte, conseguí que además de divertirse sumara, restase, leyese y, sobre todo, que hablase y se expresase como lo haría su Bebé Llorón (y esto último sin proponérmelo):
"Hola, señor Enano. Una bruja ha convertido a mi amiga en un cerdito, pero yo no sé hacer magia. ¿Puede ayudarme?"

Bueno, y cuando llegó al castillo de la bruja tenía hasta miedo. No me quiero ni imaginar cuando, dentro de unos años, visite la Casa Corbitt... 😅

 

10 comentarios:

  1. No deja de ser un juego de situaciones. En verdad ya jugamos mucho rol narrativo antes de los 5 años. Mi hija Vera lleva desde antes de los 3 montando un colegio, una guardería, una fiesta de cumpleaños, una excursión en bus o tren... En todos los casos sus muñecos pasan por dificultades y deben enfrentarlas para salir airosos.
    "Paula se ha puesto mala y habría que darle el jarabe". "El gato Bimbor no quiere andar por que está cansado y hay que animarlo". "Ahora llueve".
    Son aventuras.
    Yo veo que cualquier cosa que nos implique en algo creativo con propuestas "innovadoras" le motiva y siempre pide más.
    El parchís yo no lo he aguantado nunca. Y la oca... Ñec!
    Felicidades por la iniciativa y por explicárnoslo.

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    1. Exacto, con tres años a Jimena también la veía que mientras jugaba con sus muñecas interpretaba de forma diferente (incluso cambiando el tono de voz) a un bebé que a su madre, por ejemplo.

      Y bueno, en mi caso fue igual. Primero con los Playmóbil, luego con los Másters del Universo y después con los Gijoe. Y es que no era lo mismo llevar a un pirata en el barco pirata que a un soldado en el castillo, a He-Man que a Skeletor...

      Luego cuando descubrí los juegos de rol eso ya fue la repera.

      Y sí, yo al parchís nunca he terminado una partida, pero se lo regalaron y hubo que probarlo. Y oye, por lo menos me sirvió para que empezara a contar...

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  2. Genial. Yo también probé con mi hija de 7, improvisé una historia sobre la base de Tiny Dungeon, con resultados muy buenos. Enhorabuena, seguramente te la hayas ganado!

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    1. Sí, yo creo que me la he ganado :-)

      Y cuando me vengan las minis de papel del Tiny Dungeon creo que podré hacer las partidas más vistosas, que con estas edades eso hace mucho.

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  3. Gracias por compartir tu experiencia. Alguna vez he intentado contar un cuento "interactivo" a mi hija cuando tenía dos años, para que ella decida las acciones de la protagonista. Ahora que ya tiene 3, pillaré el Tinny Dungeon a ver qué tal.

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    1. Tiny Dungeon está muy bien; no creo que te defraude.

      Eso sí, con 3 años yo utilizaría una simplificación al estilo de la que yo he contado aquí para no agobiar a los peques.

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  4. qué genialidad, que experiencia más bonita, felicidades!! algún día probaré con el mío pero primero a ver si consigo sentarlo jaja

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    1. Jajaja

      Claro, cada cosa tiene su edad. Tú piensa que yo con Jimena he probado cuando tiene cinco años, aunque también es verdad que podría haber probado antes y la experiencia hubiese sido igual de buena, creo yo.

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  5. ¡Buenísimo! Me ha encantado especialmente lo de leer las cartas de las pociones, jejeje. Y mira, tengo por ahí muertas de risa las cartas de Tiny Dungeon... les voy a dar un tiento.

    ¡Gracias por compartirlo!

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    1. Pues lo de tener que leer las cartas se me ocurió sobre la marcha, que en un principio solo las iba a utilizar para mostrar los PNJ y los objetos mágicos.

      Y otra cosa que tengo ganas de utilizar son las miniaturas de papel de Tiny Dungeon que la editorial ya está enviando a los mecenas.

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