A principios de 1994 la revista Dragon incluyó una reseña de Magic: The Gathering, un nuevo juego de cartas que parecía interesante. Lo que no sabía TSR es que, en breve, ese jueguecito de naipes iba a revolucionar el mercado de los juegos de rol; tampoco se esperaba que Magic iba a vender más que su Advanced Dungeons & Dragons; y por supuesto, ni se imaginaba que Wizards of the Coast, esa pequeña editorial que había sacado Magic, iba a crecer hasta tal punto que en 1997 la compraría a golpe de talón.
Pero para eso todavía quedaban tres años. Detengámonos ahora en esa primera reseña de Magic publicada en la revista Dragon. La reseña es de Allen Varney y se encuentra en la sección de la revista "Role-playing Reviews". Evidentemente, Varney sabía que Magic no era un juego de rol, pero había decidido reseñarlo porque le llamó la atención su presentación en la GEN CON del 93.
La reseña se divide en dos partes. En la primera analiza las características de este nuevo juego: cada jugador lleva un mazo, estos contienen una selección de 60 cartas de una colección de 300, algunas de estas son muy difíciles de conseguir, etc. Es de destacar que aquí ya se hace eco del éxito que tuvo Magic en esas primeras GEN CON y de que este podía ser el primer juego de una nueva forma de ocio.
La segunda parte de la reseña es más interesante. En "Postscript: The MAGIC Phenomenon" Varney nos cuenta que esa reseña la escribió nada más terminar la GEN CON, y que lo hizo porque el juego le gustó y quería ayudar a promoverlo. Esta segunda parte confiesa haberla escrito seis semanas después. Según Varney, ahora Magic tiene legiones de fanáticos, los mazos se han agotado en todos sitios y las tiendas esperan ansiosas los "millones de cartas" de la nueva reimpresión.
Confiesa conocer a jugadores que juegan hasta altas horas de la madrugada y que sopesan detenidamente los cambios. En fin, llega a preguntarse qué hacían estos drogadictos ("junkies") antes de conocer Magic. Finalmente, admite que él también se ha convertido en un "drogadicto" del Magic.
La fiebre por Magic se había desatado y ahora reconoce que la reseña que escribió hace unas semanas no muestra lo enormemente adictivo que es el juego.
En fin, es esa una actitud que experimentaron no pocos jugadores que, si bien al principio se mostraron incrédulos ante el nuevo jueguecito de cromos, posteriormente terminaron totalmente enganchados.
Del juego a la obsesión en dos horas
Precisamente eso es lo que dijo, en relación a lo adictivo que era, Juan Carlos Poujade (director de La Factoría) en su temprana reseña: "del juego a la obsesión en dos horas" (marzo de 1994).
También fueron unas horas las necesarias para que Luis d'Estrées (veterano rolero fundador de la revista Troll) cambiara de opinión ante el dichoso juego del que parecían obsesionados sus amigos:
"Es muy probable que esté enfermo. Todo empezó hace unos meses, cuando unos amigos (...) me contaron las exquisiteces de un nuevo juego revolucionario llamado Magic.
Al explicarme que se trataba de un juego de cartas coleccionable en inglés supuse que sería un producto tonto, sin gracia y con poca proyección.
¿Se habrán vuelto todos locos? (...) Y así transcurrió el verano. Dije "no" y resistí. (...)
Me senté en la otra punta de la mesa y observé cómo jugaban. Me atreví a preguntar cómo iba eso. Tres días más tarde encargué el primer pedido de Magic.
Era demasiado tarde. Ya estaba enganchado" (Maná #0, noviembre de 1994).
Otro caso parecido es el de Jesús Marugán, de la tienda Akira Cómics, que si bien en un primer momento había criticado al jueguecito en el nº 2 de su fanzine Mangaka, ahora en el nº 3 rectificaba:
"Aquejado por un proceso de locura transitoria, en el pasado número de Mangaka un servidor hizo una crítica tan enfermiza como absurda hacia un juego de cartas tan increíble como adictivo: Magic, The Gathering. Cuando la razón volvió a mi ser pude comprobar cuán equivocado estuve al criticar cruelmente a dicho juego" (Mangaka #3, junio de 1994).
Tenemos así que no solo rectificó, sino que se convirtió en otro defensor, proponiendo a continuación incluso una liga en su tienda.
En conclusión, Magic era muy adictivo y, si bien en una primera impresión causaba cierta indiferencia entre los roleros, muchos de ellos (veteranos y nuevos), al probarlo, quedaron entusiasmados.
En fin, ¿tuvisteis vosotros una experiencia parecida? ¿Una primera fase de decir "esto es una tontería" y luego otra de jugones empedernidos?
Todos caimos como fieras, aunque a mi me sacó inmediatamente lo tóxico que era el mundillo en la tienda de malaga que yo iba. Yo era un chaval y un par de veces me engañaron con las cartas y chao.
ResponderEliminarEn mi antiguo grupo rolero además tenemos un poco la enquina a magic porque arrasó con el rol, ya nadie jugaba a rol y todos se pasaron a magic.
Que mayor me sientonde repente... Jejeje. Gran blog!!
¡Muchas gracias, Antonio!
EliminarSí, por desgracia en todos los sitios se cuecen habas y el mundillo de las cartas no iba a ser menos...
Lo único bueno es que en Magic a los indeseables los descubrías pronto, en cuanto jugabas una partida con ellos o hacías algún cambio.
A mí nunca me llamó la atención, aunque a la mayoría de mis amigos sí. Los que no jugábamos a las magic poco a poco fuimos haciendo un "núcleo duro" de roleros, un grupo de jugadores habituales, mientras que otros iban y venían.
ResponderEliminarNosotros intercalamos, aunque la mayoría dejó de comprar cartas pronto.
EliminarLo que sí recuerdo es a mucha gente que entró en Magic sin ser jugador de rol, y también que mucha gente se salió rápido.
Nosotros empezamos con el Spellfire en esto de "las cartas de rol" (Ciudad pequeña en los 90...) y no veas que viciadas hasta el punto de que nos costó pasarnos luego al Magic. El Spellfire era rápido, bonito (las cartas eran muy atractivas) y permitía varios jugadores aunque a la larga se le notaban las costuras bastante (cartas con desventajas, erratas de traducción, reglas contradictorias que llevaban a conflictos irresoluble...). Recuerdo que el Magic era menos bonito pero mecánicamente más elegante ("Tío, aquí la habilidad de Volar es buena", me dijeron). Le dimos un tiempo pero las constantes expansiones nos acabarían por desanimar porque era un chorro de pasta constante comparado con otros juegos de inversión única.
ResponderEliminarMi primer trabajo fue de recogedor de almendras y fue para poderme comprar más cartas...
Sí, debido al inglés nosotros también comenzamos antes con Doomtrooper y Spellfire. Y también coincido en que Spellfire era muy rápido y muchas ilustraciones eran chulísimas. Además, a nosotros muchas de ellas nos sirvieron de inspiración para las partidas del AD&D.
EliminarEso sí, en cuanto comprabas un poco muchas cartas eran inservibles, como todos esos campeones y aliados de niveles bajos...
Eso recuerdo que en Magic pasaba menos, donde hasta un goblin 1/1 ( y además común) tenía su utilidad en el mazo adecuado, en este caso una monocolor roja con Goblin Grenade y Goblin King.