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sábado, 14 de agosto de 2021

El riesgo de editar Dungeons & Dragons

Supongo que para cualquier editor que quiera ganar dinero con los juegos de rol no hay mejor licencia que la de Dungeons & Dragons, "el Rolls-Royce de los juegos de rol" (así lo definió Luis Vigil en 1992). Sin embargo, la experiencia nos dice que el proyecto de publicar D&D es una aventura en sí misma, y una aventura incierta y hasta peligrosa.



 

Supongo, querido lector, que estás al tanto de la última noticia sobre D&D en nuestro país. Los rumores ya venían desde hace unas semanas pero no fue hasta el pasado día 2 de agosto cuando Edge publicó su comunicado y, por tanto, ya es oficial. En resumen, que Wizards of the Coast le ha retirado la licencia a Edge para seguir publicando D&D. Así, a partir de septiembre lo hará la propia Wizards (ya teníamos un precedente, la Caja de Inicio de Stranger Things). Asmodee (propietaria de Edge) seguirá siendo la distribuidora, pero nada más.

En fin, la licencia no ha estado en manos de Edge ni cuatro años completos (el Manual del Jugador, que marca el pistoletazo de salida, salió en octubre de 2017).

La noticia me ha recordado un antiguo artículo de la revista Dosdediez donde analizaban el mismo tema. El citado artículo surge cuando Martínez Roca deja (o le quitan) la licencia del Advanced Dungeons & Dragons, licencia que no llevaba... ¡ni dos años!

En efecto, Martínez Roca publica el Manual del Jugador en noviembre de 1998 y para septiembre-octubre de 2000 ya se sabía la noticia (la revista aparece publicada en noviembre).

Esto no sería más que una triste anécdota, si no fuese porque más bien tiene pinta de ser algo habitual, y así lo señalaban en la revista. Ojo, no solo en España, sino incluso en Europa, al igual que en la actualidad (Wizards se va a encargar de las ediciones de D&D en español, francés, italiano y alemán).

"D&D sigue su errática travesía en nuestro país y cambiará en breve de editor. Es un fenómeno que se produce por toda Europa con la, en principio, licencia más golosa del mercado y que deriva de manera inexcusable en el abandono del medio por parte del poseedor de los derechos" (Dosdediez #16, noviembre de 2000).

Aquí en España teníamos los ejemplos de tres empresas que después de publicar D&D dejaron de publicar juegos de rol: Dalmau y su Caja Roja (1985), Zinco y su AD&D (1992) y Borrás con su Caja Negra (1992). A estas había que añadir ahora a Martínez Roca.

De las cuatro (o de las cinco contando a Edge), Zinco fue la que retuvo la licencia más años, unos cinco (de 1992 a 1997). ¿Es un récord mantener una licencia cinco años, o lo habitual? Ni mucho menos.

Por poner algunos ejemplos de licencias importantes, JOC Internacional tuvo la de La Llamada de Cthulhu unos diez años (de 1988 a 1998) y La Factoría de Ideas mantuvo a Vampiro unos doce (de 1993 a 2005) y La Llamada de Cthulhu otros nueve (de 1998 a 2007). Más actuales son los ejemplos de NSR con Vampiro, que lleva siete años (desde 2014) o el de la propia Edge con La Llamada de Cthulhu, que lleva diez (desde 2011). 

Vemos así que no es un problema general, ni de Edge en concreto, sino de los propietarios de D&D:

"Lo que hace esta noticia, que siendo importante no deja de ser un movimiento empresarial normal, es poner cada vez más en evidencia el problema crónico de AD&D, que en nuestro país ya ha conocido tres licenciatarios (Zinco lo dejó porque las ventas no respondían a sus expectativas para una licencia tan cara), y que en Francia ya va por su cuarta empresa (tres de ellas desaparecidas). Lo mismo puede decirse de Alemania.

¿Cuál es el motivo de este desbarajuste? Apuntad: WotC renueva sus licencias cada año, e impone a las compañías que trabajan con AD&D unas durísimas condiciones  (entre otras cosas, un gran volumen de material publicado)" (Dosdediez #16).

¿Y qué podemos decir de Devir, el otro licenciatario de D&D en España? Devir sacó tres ediciones, la 3ª, la 3,5 y la 4ª. Y por eso se esperaba que fuese ella la que en 2014 sacase la 5ª edición. Y sin embargo, en un comunicado Joaquim Dorca nos anunciaba que Wizards había tomado la decisión de no licenciar la 5ª edición a otros idiomas.

Para rematar la faena, en menos de tres años WotC cambia de opinión, pero le da la licencia a Edge...

En fin, como decíamos al principio, la Historia nos dice que el proyecto de licenciar D&D es una aventura incierta y hasta peligrosa.

Peligrosa porque al ser una licencia cara, puede llegar a ser difícl recuperar la inversión (¿el caso de Dalmau, Borrás y Martínez Roca quizás?).

Incierta porque no se sabe cómo va a responder la propietaria de los derechos, ya fuese TSR en el pasado (para comprobar los avatares que tuvo que sufrir D&D en España entre 1985 y 1992 se puede ver este artículo) o Wizards-Hasbro en la actualidad: en 2014 le digo a Devir que no se va a traducir a ningún idioma y en menos de tres años se lo doy a otra empresa de la competencia; y a su vez, en menos de cuatro años se lo quito a Edge y ahora lo voy a publicar yo misma.

Vistas así las cosas, ¿cuál será el próximo movimiento?


2 comentarios:

  1. Esto lo parodiaban bastante bien en Los Caballeros de la Mesa del Comedor donde no sólo salen jugando sino también los editores. Y no va muy desencaminado: nuevas ediciones simplemente para pagar deudas de juego ("Hazlo un 10% más gordo", "Ahora con reglas para nadar a perro"), suplementos más o menos descabezados...
    Claro, no deja de ser un negocio y con un juego de rol simplemente con el básico, en teoría, ya no necesitas más. Entiendo que se trata de producir porque hay que sacar dinero. Luego eso ya choca con las circunstancias de cada uno: desde el que se lo monta todo con lo mínimo hasta el coleccionista compulsivo y todos los grados intermedios.

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    1. En efecto, el motor son los motivos económicos, y se comprende que una empresa debe generar beneficios para existir, pero en el caso que nos ocupa WotC parece que lo hace más bien para estrujar del todo el negocio.

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