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sábado, 14 de septiembre de 2024

HeroQuest: un clásico que marcó a toda una generación

Aunque HeroQuest no es un juego de rol, hay toda una generación de jugadores de rol que señalan a este juego de mesa como su inicio en el mundo del rol. Yo, por ejemplo, soy uno de ellos.

 



Para la gran mayoría de jóvenes, la primera noticia que tuvimos del HeroQuest fue con el anuncio que apareció en televisión, un anuncio legendario que todavía podemos ver.

 


 

Luego, evidentemente, vino el boca a boca. Recuerdo que la primera vez que lo vi fue en el cumpleaños de mi primo. A él se lo habían regalado porque había jugado con la copia de otros primos suyos y le había encantado.

A nosotros nos pasó igual: después de jugar quedamos tan maravillados que esas Navidades se lo pedimos a los Reyes Magos.

 



Esa primera tarde recuerdo claramente lo que me fascinó. Al principio, mientras montábamos el juego entre todos no podíamos dejar de admirar las miniaturas: ese Bárbaro que se parecía a Conan, los Esqueletos, los Zombis... Una maravilla.

 



Sin embargo, lo que a mí me explotó la mente fue la primera partida. Me explico: yo me esperaba un juego de mesa al estilo de la Oca, es decir, ir de un sitio para otro para ver quién llega primero (con unas miniaturas chulísimas, pero muy simple).

Pero entonces empezamos a jugar y mi primo leyó lo siguiente:

"Sir Ragnar, uno de los Caballeros más poderosos del Emperador, ha sido secuestrado. Es el prisionero del Lord Orc llamado Ulag. Tu misión es la de encontrar a Sir Ragnar y llevarle a un sitio seguro. (...) pero no hay recompensa ninguna si matan a Sir Ragnar al intentar escapar".  

Vaya, esto no era la Oca, ni mucho menos: había que buscar y rescatar a un prisionero. Y ojo, este podía incluso morir.

 

Este Sir Ragnar es posterior.


Esta aventura ya era de por sí entretenida (cuando encontrabas a Sir Ragnar, sonaba la alarma y el "Malvado Brujo" ponía todos los monstruos sobre el tablero), pero mi sorpresa fue total cuando mi primo me dijo que esta aventura era solo una de otras trece: ¡todas diferentes!

 



Recuerdo que esa tarde llegamos a jugar unas cuantas más: en "La Guarida del Lord Orc" teníamos que eliminar a Ulag, el Lord Orc que había secuestrado a Sir Ragnar; en "El Oro del Príncipe Magnus" teníamos que recuperar tres cofres de tesoro; en "El Laberinto de Melar" teníamos que encontrar un Talismán, en un laberinto protegido con trampas y no muertos...

 

Pero... ¿?

 

Pronto aprendimos que las aventuras o retos tenían un orden. Así, en "El Legado de Lord Orc" el hijo de Ulag, para vengar a su padre, nos había secuestrado y ahora teníamos que escapar de sus celdas... Por otro lado, nuestras decisiones tenían repercusiones. Por ejemplo, en "El Oro del Príncipe Magnus" podías quedarte con el dinero del Príncipe, en lugar de devolverlo, pero entonces te convertías en un forajido y nunca podrías ser Campeón. 

 



Además, y aunque parezca difícil, las aventuras eran bastante variadas. En "La Carrera contra el Tiempo", sin ir más lejos, un guía nos engañaba y nos dejaba tirados en una oscura mazmorra...

Porque ese era otro de los atractivos del juego. Por los anuncios de la tele uno se imaginaba que se jugaba con todo el tablero montado, pero no era así... El Malvado Brujo solo te mostraba los pasillos o habitaciones que los PJ podían ver.

 

Los elementos de escenografía eran el complemento perfecto.


Otra cosa que molaba era mejorar tu PJ comprando equipo tras finalizar un reto. Además, como el juego no era competitivo, aquí se intentaba mirar por el bien común, dejando determinadas armas y armaduras para determinados personajes.




Como digo, HeroQuest fue todo un hallazgo con el que pasamos muchísimas horas entretenidos. Además, para muchos de nosotros fue la puerta de entrada a los juegos de rol. Eso sí, cuando conocías los juegos de rol te dabas cuenta de que las posibilidades que estos ofrecían estaban a años luz del HeroQuest, por lo que lo normal era que acabaras arrinconando "el juego de mesa". 

 



Sin embargo, no somos pocos los que intentamos darle otro uso al viejo HeroQuest. Por ejemplo, tras conocer el D&D de Borrás, recuerdo que intenté hacer una especie de juego de rol con el HQ, diseñando una fichas más complejas, con más Características (como Percepción) y Habilidades, Daño por tipo de arma (con dados de 4 a 12 caras) y demás. Por supuesto, usábamos las miniaturas y el tablero, solo que los escenarios ahora también eran pueblos con calles y posadas.

 



Otro uso que intenté darle fue el de hacerme un Blood Bowl casero. La revista Todo Pantallas nos descubrió el Blood Bowl de Diseños Orbitales y la idea era toda una pasada: jugar partidas de fúlbol americano con equipos de distintas razas de fantasía...

Ni cortos ni perezosos nos pusimos a diseñar un sistema para jugar en el tablero del HQ, con un equipo de Orcos (que había ocho miniaturas) y otro de Humanos (los guerreros de La Compañía Tenebrosa).

 


 

Luego conocí el Warhammer, y como tampoco lo teníamos, pues también intentamos adaptar el HQ para representar batallas a campo abierto. Una vez más, utilizando el tablero y dos ejércitos: Orcos, Goblins y Fimir por un lado contra Héroes (los cuatro PJ más La Compañía Tenebrosa).

 



En fin, como digo no fuimos los únicos, pues en estos últimos años he escuchado experiencias similares. Y eso es lo que me gustaría conocer ahora:

¿Fue para ti también el HQ la puerta de entrada al rol? ¿Llegaste a personalizarlo para hacerlo más complejo?




16 comentarios:

  1. Mi caso no fue así, primero fue rol y después HQ que en aquellos años usábamos sus minis como complementos a nuestras partidas, en cambio hace unos años se ha vuelto a reeditar y ahora es cuando lo he redescubierto y lo estoy coleccionando todo y jugando otra vez como si tuviera otra vez 16 años ..... Menudo golpe de nostalgia.

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  2. En mi grupo de amigos de la época, cada uno teníamos un juego de este tipo. Uno el Hero Quest, otro el Battle Master y yo el Cruzada Estelar. Pabamos la tarde con esos juegos. El rol vino algo más tarde.

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  3. Yo creo que si analizásemos distintas generaciones de jugadores de rol este juego es clave para delimitar una generación de otra.

    Las revistas especializadas en juegos de rol de la época lo vieron como un juego excelente para introducir a muchos jóvenes al rol. Y razones no le faltaban. Para empezar, no solo salía en la tele, sino que era mucho más vistoso que "un libro de 200 páginas" y, además, muy sencillo de aprender.

    Aunque sin duda lo que más ayudó en su difusión es que lo podías encontrar en jugueterías de toda España, cosa que no pasaba con los juegos de rol, que en esos años llegaban a muchísimos menos puntos de venta.

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  4. Pasote de entrada tío, amor eterno por el heroquest, en mi caso efectivamente fue puerta al rol

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    1. Ya te digo; yo he vuelto a comprármelo de 2@ mano a pesar de tener el nuevo de Hasbro :-)

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  5. A mi me fascinaba el anuncio y siempre tuve intriga por el juego, pero nunca lo pude probar (no lo tenía nadie en mi periferia de conocidos y familiares).
    Realmente, no probé el HQ hasta los veintitantos, después de unos cuantos años jugando al D&D.... Y la verdad que me pareció una porquería el sistema xD. Es de esos juegos que tienes que jugarlos cuando toca, porque si los coges a toro pasado, se les ven las carencias y se te quedan pobres.
    Aun así, reconozco que lo estoy considerando para jugar con mis chavales.

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    1. Claro, si uno conocía los juegos de rol y luego descubría el HQ este se quedaba en nada (en cuanto a reglas y posibilidades; las minis seguían siendo geniales).

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  6. En mi caso si fue así, entre al rol gracias a un HQ reciclado de un mercadillo solidario. 700 pts me costó y nos fundimos todas las aventuras mas las de todas expansiones posteriores. En una partida roleamos sin darnos cuenta cuando un heroe comenzó a hablarle a un orco. Ahora me compré la nueva edición y de cuando en cuando echamos una partida.

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    1. ¡Qué bueno eso de hablarle a un orco!

      Al final, si jugabas mucho, pasaba eso, que se te quedaba chico y empezabas a añadirle cosas.

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    2. 700 pesetas, madre mia xDD
      Ni 5 euros...

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  7. Heroquest está más vivo que nunca. A día de hoy Hasbro sigue sacando expansiones oficiales, que se agotan rápidamente en las tiendas. Ahora en septiembre se lanza una nueva, Las Junglas de Deltharak. Y la comunidad española es muy potente, nada más que pasarse por las grupos de telegram y ver la cantidad de material que hay. Por ejemplo, el nuevo manual Fetenquest 4. Un manual que actualiza y mejora las reglas. Se está preparando una conjunta de Fetenquest 4 en el telegram, por si a alguien le interesa. Saludos

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  8. A mí el HeroQuest me llegó después que los juegos de rol, aunque por bien poquito. Probablemente me compré el Señor de los Anillos el año anterior y el RuneQuest más o menos a la vez que HeroQuest. En su tiempo lo veía como un juego de tablero muy, muy chulo, pero que no podía competir con la libertad que para mí tenían los juegos de rol. Eso no quita que jugáramos muchísimo a este juego, que a día de hoy está en casa de mi hermano, junto con muchas de sus expansiones.

    Recuerdo que a unos amigos sí que les fascinaron las posibilidades del juego y que escribían sus propias misiones a los que jugábamos los demás.

    Yo le tengo cariño, pero el sistema, acostumbrado a los juegos de rol, se me hacía limitado. Coincido en lo que se ha comentado de que es un juego que sirve como inicio (con todas esas figuras, muebles y puertas para decorar), pero que se queda corto si te gustan cosas más sofisticadas. En fin, hay que tener en cuenta siempre el público al que estaba dirigido.

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    1. En la revista Alea llegaron a publicar varios retos propios y recuerdo la crónica de unas jornadas del País Vasco donde el dueño de Guinea Hobbies decía que los dos juegos que habían triunfado eran el HeroQuest y El Señor de los Anillos / MERP.

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  9. A mí me pasó casi exactamente igual. Me flipó el HQ y me lo trajeron los Reyes, con la expansión del Rey Brujo. Lo jugamos hasta reventarlo, y recuerdo que me hablaron del Cruzada Estelar (¡con armas intercambiables!) pero mis padres dijeron que ya tenía el HQ.

    Recuerdo también que tres o cuatro años más tarde fui a un colegio en Irlanda y me contaron que había un HQ avanzado. No lo vi, pero empecé a desarrollar reglas y hechizos caseros de mi propio Advanced Heroquest (versión basura adolescente, pero bueno jajajaja). Y al año siguiente ya vino el rol y todo cambió para siempre.

    Pero siempre he considerado el HQ mi entrada al mundo del rol junto a los librojuegos. Aún lo atesoro con cariño (en realidad dos, junto a un Cruzada Estelar, pero esa es otra historia) y de vez en cuando hasta ve mesa. Y aún tengo pendiente pintar las miniaturas (de verdad, no las barbaridades que les hice de joven con témperas y enamel).

    Como nota curiosa, alguien me dijo por aquella época que existía una forma de jugar con las minis sin tablero (hola Warhammer) pero lo deseché porque me llamaba más la atención la parte rolera que la parte miniaturista (lo que tiene su gracia, porque en los últimos años le he dedicado mucho más tiempo a Warhammer que al rol).

    Un abrazo. Patxi

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  10. Yo jugué por primera vez con 4 años una tarde que me mi hermano y mi primo, siete años mayores que yo, se dignaron a dejarme, y me enamoré. Jugaba cuando podía; y, cuando no, jugaba con amigos de mi edad usando el sistema, que me sabía de memoria, con tableros de otros juegos como el Cluedo. Hasta inventé un sistema de subida de características y hacíamos algo parecido a interpretar. Cuando a los ocho años descubrí ESDLA simplificado de Joc (el de la caja roja), se puede decir que descubrí en el rol lo que ya había prefigurado, y escribí unas 60 páginas entre reglas de avance por niveles, monstruos, nuevas clases y localizaciones ficticias (ciudades y mazmorras). Usaba un editor de textos, Pagemaker, y creo sinceramente que ese tabajazo fue un hito que me sirvió, junto a mi afición a la lectura, para aprender a redactar correctamente desde pequeño. Le tengo muchísimo cariño a este juego y la verdad es que ha sido importante en mi vida.

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