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domingo, 10 de marzo de 2024

¿Qué queda de todas esas aventuras?

 A menudo me pregunto qué queda de todas esas aventuras que vivimos mientras jugamos a rol. ¿Cuántas campañas llevamos a cuestas? ¿Cuántas tardes y/o noches hemos dedicado a campar por esos mundos inventados (o no) llevando a nuestros PJ mucho más allá de lo que muchos que no juegan a rol pueden imaginar? ¿Cuántas escenas, conversaciones, enfrentamientos, discusiones, momentos de acción (con combate o no), muertes hemos sufrido y provocado, cosas inenarrables hemos visto y vivido? Si quisiéramos contar las horas que hemos dedicado a “hacer” todo eso, ¿cuánto tiempo ocuparían en nuestras vidas? ¿Y en nuestros recuerdos de vivencias más o menos vívidas? 

 




Yo me hago esa pregunta a menudo porque no quiero pensar que todo ello queda diluido como lágrimas en la lluvia. Todos esos momentos no se perderán porque los seguimos llevando dentro, tan dentro muchas veces como si hubieran tenido lugar en nuestras vidas “reales”. Yo tengo la sensación real de haber sobrevivido al paso por Moria o por el Bosque Negro, yo me he enfrentado a gules en unas catacumbas llenas de esqueletos roídos, yo he navegado por los Mares del Destino y hasta he visto naves arder más allá de Aldebarán. Y no, todos esos momentos no se perderán porque los llevo dentro tanto como otras personas que han compartido esas aventuras conmigo los llevan y llevarán seguramente siempre.
 
Tal vez no podamos recordar cómo se llamaba aquel grumete que nos hizo una mala pasada en aquel carguero cerca de las costas de Terranova, igual no podemos acordarnos de cómo se resolvió aquel combate en La Cueva de los Susurros, ni tampoco quién era nuestro contacto en aquella lúgubre taberna del París de la resistencia, pero eso está tan dentro nuestro como los abrazos que hemos recibido, como los amigos que hemos conocido y como los días que hemos vivido.

Esa es otra de las grandes cosas del rol; que nos llena de momentos que nos acompañan para siempre, los recordemos o no, y forman parte de nosotros y nos llenan la vida no solo cuando los vivimos, sino cuando los atesoramos y, a veces, recordamos. 
 
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Iván Rubio

12 comentarios:

  1. Iván, muchas gracias por compartir tu reflexión en Rol de los 90.

    Por mi parte, me siento totalmente identificado. Así, hay PNJ que recuerdo mucho mejor que personajes de novelas e incluso que conocidos de la vida real.

    Y cuando nos juntamos amigos roleros que llevamos tiempo sin vernos es normal que recordemos anécdotas tanto de la vida real como de partidas de hace... ¡treinta años!

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  2. Gran reflexión, tengo 50 tacos y hace años que no juego, por tiempo, por otras prioridades...
    Pero siempre que me entran en mi memoria esas batallas , esos sectarios, esas mazmorras...siempre me acuerdo de con quién estaba en ésos momentos y es lo que más me gusta de todo eso.

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  3. Muy de acuerdo con este artículo. Jugar a rol en definitiva son experiencias que hemoc vivido a través de personajes inventados. Y como experiencias, hay dos cosas que recordar, la aventura en la ficción y la experiencia con el grupo de gente real con la que se creó esa fantasía.

    Muchas gracias.

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  4. Otro más por aquí totalmente identificado!
    No solo son recuerdos añorados y parecidos a los vividos si no qué son algunos que me han enseñado y acompañarán siempre 😀💪🏻

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  5. Concuerdo con el motus de la entrada, parafraseando a mi bisabuelo: "un hombre que juega, escucha y lee muere habiendo vivido docenas de vidas tan cercanas como ajenas"

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  6. Como master, son más que mil aventuras las vividas. Vivo todas las que creo para jugar, y todas aquellas que preparé cuyos caminos los jugadores no siguieron y que solo conozco en mi cabeza.
    Siendo el master eterno, como se dice, vives todo desde una perspectiva tan amplia que abruma la cantidad de historias que puedes llegar a haber atesorado con años jugando al rol.

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  7. Gran post, muchas gracias. Seburo ;)

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  8. Todos nos hemos encontrado con PJs y PNJs que han resultado míticos, cuyos nombres ya no podremos olvidar nunca. Muy buena reflexión sobre las aventuras vividas y los buenos momentos con los amigos, que ya no nos va quitar nadie.

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  9. ...momentos en los que podemos decir que fuimos felices...

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  10. Yo todavía sueño a veces con cosas que pasaron hace muchos años en la partida que todavía dirijo (y van más de treinta años ya; hasta me entrevistaron en esta misma página). Y me consta que hay jugadores de los más veteranos a los que les pasa lo mismo. A nuestro favor: que casi toda la partida está documentada con detalle en las Crónicas del Real Secretario, en la web.

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  11. Es que esa es la grandeza del rol, cuando conectas con la partida, con las personas, con la historia es algo que se te queda dentro para toda la vida.

    Es una sensación ademas compartida, que son las mejores.

    Ahi se quedan y ahi se guardan. Donde mejor?

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  12. Pues en mi caso, escribi una novela, publicada en 2018, Las Cumbres de Ethar: El Secreto tras las runas. Asi que en parte he cerrado el círculo, de contar una historia, un pasado UNA LEYENDA.

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