Historia del club Dreadnought

Dentro de poco el club Dreadnought de Valencia cumplirá 40 años. En todo este tiempo este veterano club ha sido testigo de los acontecimientos más importantes en la historia de los juegos de rol en nuestro país. Así, ha visto cómo nacía la afición por los juegos de rol, su afianzamiento y, en definitiva, la llegada de otras formas de ocio como pueden ser Magic, los juegos de Games Workshop, los videojuegos online o los últimos juegos de mesa modernos.

 

Es por eso que, al repasar su trayectoria, vamos a recordar también todos estos acontecimientos que vertebran la historia de los juegos de rol en nuestro país. Para eso hemos contado con la inestimable colaboración de José Luis Viadel “Worf”, veterano miembro del club Dreadnought.

Por cierto, y antes de empezar, yo siempre he pensado que el nombre del club se debía al dreadnought de Warhammer 40000. Pues se ve que no...

“El nombre Dreadnought proviene del primer juego de estrategia que se compró en el grupo de juego original. Un dreadnought es un tipo de barco de guerra que se utilizó principalmente durante principios del siglo XX. Este juego lo compró uno de los socios durante un viaje a Londres a principios de los años 80, Santiago Vilariño, que por desgracia falleció a principios de siglo” (José Luis Viadel).

 

En cuanto a su origen, la situación de partida es la misma que la que se estaba dando en otras ciudades de España (Barcelona, Madrid, Zaragoza, Gijón...) en esa misma época. A partir de tiendas de maquetas que estaban importando wargames y temáticos, va surgiendo un grupo de aficionados que, en un momento determinado, deciden crear un club. Os dejo ya directamente con las palabras de José Luis Viadel:

“A principios de los años 80 existía en Valencia un grupo de amigos, aficionados a las maquetas, los juegos de estrategia y la historia. Se reunían periódicamente en la tienda de maquetas "5ª Avenida". Con el tiempo, este grupo fue creciendo y afianzándose y este fue el germen del Club Dreadnought”.

“En febrero de 1984 este grupo decidió dar el paso y constituirse como club, dadas las dificultades para jugar partidas (que habían crecido con el tiempo en tamaño y duración) en sus domicilios particulares. Decidieron conseguir un local para dedicarlo enteramente a sus actividades lúdicas. Durante aquellos primeros años el club Dreadnought conoció varios locales, creciendo poco a poco. Algunos de estos primeros socios fueron los emprendedores que pusieron en marcha las primeras tiendas de juegos en Valencia, como Gerardo Rodas con Ludómanos (centrada en juegos de mesa, estrategia, rol y puzzles) o Vicente Calatayud -Kutu- con Valhalla (más enfocada a juegos de rol y miniaturas, principalmente Warhammer). También se contactó con multitud de asociaciones del resto de España y se organizaron los primeros torneos y demostraciones de juegos de rol y temáticos para el público en general. Durante este periodo incipiente de la afición aparecen y desaparecen muchos clubes, moviéndose muchas veces la gente de uno a otro”.

El contacto con esos otros clubes de España hace que Dreadnought aparezca ya en ese primer censo de clubes de España que apareció en la revista Líder en junio de 1986. En estos instantes Dreadnought estaba en la calle Denia, 51, 9ª y su presidente era Gerardo Rodas Cordón. Con respecto a los clubes locales de Valencia, otro de la misma época fue La Compañía Blanca, situado en la gran vía Fernando el Católico y con Ángel Guitarte como responsable.

 

Notas de prensa en la revista Troll, tras los encuentros de las II y III JESYR (1987 y 1988).

 

Es de destacar que, en estos años en los que todavía se estaba conformando la afición, el club Dreadnought estuvo muy activo. Así, estuvo presente en distintas JESYR, así como en el intento de formalización de la asociación nacional de clubes. Por supuesto, a nivel local también organizó distintos torneos y campeonatos con el objetivo de difundir y ampliar la afición.

 

A lo largo de los noventa hay un retroceso del wargame puro, los juegos de rol están en uno de sus mejores momentos y empiezan a llegar Magic y los juegos de miniaturas. Muy importante es también la convivencia de distintas generaciones, donde junto a adolescentes que se inician en los juegos de rol directamente podemos encontrar a veteranos treintañeros forofos del wargame.

“A principios de los noventa se subió un escalón, con un local bastante más grande y arreglado y la entrada de una nueva generación. Se amplió el catálogo de juegos disponibles, la afición a los juegos de rol explotó y entraron con fuerza los juegos de cartas (Magic) y miniaturas (Warhammer). Durante esta etapa creció mucho la afición y se organizaron visitas a distintos eventos a nivel nacional (Día de Joc y Gen Con en Barcelona). Y también continuaron celebrándose eventos para difundir la afición y seguir creciendo. En esos momentos existe una mezcla de veteranos que juegan a estrategia y otros miembros más jóvenes que amplían horizontes y juegan a más cosas”.

Gerardo Rodas (a la izquierda) y José Luis Viadel (a la derecha) en Día de Joc 96 (en el centro, Coleman Charlton).

“A mediados-finales de los noventa se consuma el cambio generacional y muchos de los más veteranos dan paso a la nueva generación. En ese momento se pone de moda jugar en red y, aparte de los juegos de mesa y rol, se monta una potente red de ordenadores para jugar. Con el cambio de siglo nos trasladamos a un nuevo local más amplio, la afición comienza a crecer y se entablan relaciones con nuevos clubes y asociaciones de Valencia y alrededores. Progresivamente crece la afición y aparecen muchos grupos de jugadores al amparo de los casales para jóvenes, sobre todo de los pueblos”.

“En la primera década de los 2000 comienza el gran crecimiento de la afición a los "nuevos juegos de mesa" de estilo alemán. La apertura de muchas tiendas hace crecer aún más la afición y el interés por este tipo de juegos, lo que sumado al despegue de internet hace que sea mucho más fácil la difusión de actividades y el encontrar gente para jugar. Durante este periodo organizamos actividades en colaboración con varios Centros de Juventud del Ayuntamiento de Valencia, varias ediciones de un encuentro de jugadores en un hotel y se ponen en marcha las primerísimas páginas web y redes sociales. Por supuesto, se siguen organizando viajes de miembros del club a varios eventos de juegos, principalmente a la Feria de Essen en Alemania, la principal feria de aficionados a los juegos del mundo”.

Aspecto de la web en 2007.

“El crecimiento nos hace buscar un nuevo, y más amplio, local. Desde 2015 es un crecimiento continuo, absorbimos otro club y varios grupos de juego, ya que se produce una explosión de juegos de mesa en todos los ámbitos: aficionados, editoriales, reseñadores, youtubers, etc... Este crecimiento llega hasta 2020, cuando el Covid paraliza completamente la actividad. El confinamiento hace que el local esté durante muchos meses cerrado y se pierdan miembros (algo completamente razonable ante la situación). A pesar de este revés, nos sobrepusimos y aprovechamos el fin de la pandemia como un renacimiento, trasladándonos a finales de 2020 a un nuevo local mucho más grande (casi 300 m2), con varias salas, zona de pintura, bar, zona para miniaturas, etc... Recuperamos el terreno perdido trabajando en las redes sociales, siendo en estos momentos casi 200 socios. Socios que juegan a todo tipo de juegos: rol, mesa, miniaturas, cartas o estrategia”.

“Nuestra filosofía es la de acoger y enseñar a todos los interesados esta maravillosa afición. Con tanta gente siempre tenemos un grupo de juego que se adapta a cada persona. Queremos que la gente se lo pase bien y que disfrute del Club, tal y como se ha estado haciendo desde hace casi 40 años”.

Desde aquí le envío un saludo a José Luis Viadel. La verdad, hay pocos clubes con una trayectoria tan larga como la de Dreadnought (¡enhorabuena!).

Página web del club Dreadnought, cuenta de Twitter y de Facebook. 

 

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