Los juegos de rol como objetos de lujo

Aunque hoy en día cada vez hay más juegos de rol que solo se encuentran en formato digital, la gran mayoría de los juegos de rol son libros. Libros que, en muchas ocasiones, durante el acto de jugar ni se tienen en mesa o se consultan. Libros que, en resumidas cuentas, son simples reglamentos que nos permiten jugar alrededor de una mesa.

 

 

Sin embargo, como libros que son, para muchos aficionados estos se han convertido en los últimos años en objetos muy preciados. Sí, una buena parte de los consumidores de estos libros ha cambiado, y si en los años ochenta les bastaba con unas fotocopias para jugar, hoy no se conforman con eso. Efectivamente, muchos de esos libros que se adquieren como objetos de lujo no son para jugar, sino para admirar o coleccionar.

 

 

Esto a algunos les parece una aberración, pues argumentan que un "juego" de rol es para jugar, no para dejarlo en la estantería y mirarlo de vez en cuando. Sin embargo, está demostrado que hay un sector que demanda este tipo de libros. Libros que, por lo general, cuentan con una tirada muy reducida y un aspecto externo diferenciado. Las editoriales lo saben: son muchos los que compran dos (y hasta tres) versiones de un mismo libro, la estándar y la de lujo.

 

 

En los juegos de rol antiguos (los publicados en los años ochenta y noventa) es diferente, pues prima sobre todo el factor nostalgia. Así, son muchos los juegos de rol que han visto sucesivas ediciones (La Llamada de Cthulhu, Vampiro...) y el precio que adquieren estos libros en el mercado de segunda mano solo se explica por este motivo. 

 

 

Ojo, que esta tendencia no es exclusivamente española. Solo hay que visitar portales como eBay para comprobar el precio al que se venden juegos tan antiguos en EEUU.

 

Además, todos estos juegos se encuentran escaneados, por lo que resulta muchísimo más barato imprimirlo y encuadernarlo uno mismo. Para jugar es lo mismo, pero eso no satisface a este tipo de consumidores, pues como ya hemos dicho, es muy probable que no lo quieran para jugar, sino simplemente para poseerlo, como un objeto de lujo.

Es lo mismo que pasa con las grandes obras de la literatura. ¿Habrá Quijotes baratos? Por supuesto, pero el que quiere una versión antigua del siglo XVIII (o anterior) es porque lo desea como un objeto de lujo.

 

 

En fin, que estos libros sean considerados objetos de lujo y adquieran un precio muy elevado ha propiciado que, como pasa con las obras de arte, empiecen a surgir falsificaciones (o ediciones piratas) y el consiguiente temor a que te cuelen una imitación actual al precio de un libro original con más de treinta años.