En 1990 los juegos de rol empezaban a ser muy populares. Los nuevos aficionados ya no eran veteranos wargamers que querían probar esa nueva forma de ocio, sino chavales con doce, once y hasta diez años.
Esta popularización surgió por varios factores. Uno de ellos fue la promoción que se hizo de los juegos de rol por parte de las editoriales (JOC Internacional sobre todo) y de los propios aficionados (muchas veces con el apoyo de aquellas).
Un buen ejemplo de esta promoción fue el estand que JOC Internacional puso en la Feria del Libro de Madrid para presentar sus últimas novedades, los juegos James Bond 007 y El Príncipe Valiente, con partidas de demostración y demás.
Ese mismo año (estamos hablando de 1990) JOC también apoyó a un buen número de clubes para que presentaran su Star Wars en las jornadas que organizaron (más detalles de esto último aquí).
Curiosamente, y aunque hoy nos parezca una locura, Star Wars también fue presentado en un cuartel militar.
Estamos hablando de la Base Militar de Sotomayor, en Almería, donde los militares (y roleros) José Carballo y Fernando Castañeda hicieron una promoción de los juegos de rol en general y de Star Wars en particular.
Esta difusión se hizo desde el SERRES, el Servicio de Recreo Educativo del Soldado. Según la revista Líder, José y Fernando "dieron gran publicidad a este tipo de juegos, obteniendo una considerable respuesta de gran parte de los 3.500 soldados de la guarnición (de hecho dicen que consiguieron llamar la curiosidad hasta de algunos mandos)".
Señalan también que, aprovechando esa buena acogida, se atrevieron a hacer una presentación del Star Wars. Para ello contaron con trípticos (seguramente como este) y pósteres de Star Wars facilitados por JOC Internacional.
Comenzaron con la proyección de El Retorno del Jedi. A continuación se habló de los juegos de rol en general, se explicaron las reglas de Star Wars y se jugó una breve partida de demostración.
Según señalan en la revista Líder, "consiguieron desbordar la sala habilitada a tal respecto, formaron árbitros nuevos y consiguieron que se adquiriese bastante material, aunque a la postre resultase insuficiente para atender la gran demanda" (también se indica que la biblioteca del SERRES estaba suscrita a la revista Líder). Es más, organizaron hasta un torneo.
Como curiosidad, señalan la anécdota en la que alguien arrancó un cartel que anunciaba una partida de La Llamada de Cthulhu al confundirlo con propaganda de una secta satánica (más detalles en Líder #20, diciembre de 1990).
Un instante de la presentación del Star Wars al resto de militares. |
Esta no es la única noticia que tenemos sobre un club de rol en la mili. Dos números después (ya en marzo del 91) conocíamos la existencia de otro grupo en la Base Militar de Cerro Muriano en Córdoba. Formado por un sargento, dos cabos primeros, dos cabos y un soldado, se constituyeron como club con el nombre de "El Halfling Borracho" (más información en los números 22 y 24 de Líder).
En fin, ¿qué os parece esta incursión de los juegos de rol en la mili? Por supuesto, antes también hubo muchos más casos de aficionados que conocieron los juegos de rol mientras hacían el servicio militar obligatorio.
¿Es este tu caso? ¿Llegaste a jugar a rol en la mili?
Yo, siendo soldado profesional en el 2002 organicé una partida de Fanhunter estando de misión en Kosovo…
ResponderEliminarUff, en Kosovo...
EliminarBueno, ¿y cómo fue eso? ¿Tenías el manual y dados o fue totalmente hablado? ¿Tus compañeros conocían ya los juegos de rol?
Pues uno de ellos sí conocía el rol, wargames, etc. A los otros dos les sonaba a "friki" o a cargarse gente en paradas de bus (por desgracia todavía coleaba ese tema que todos los roleros sufrimos.
ResponderEliminarComo era mi segunda misión, ya sabía la cantidad de tiempo libre que tienes allí. Es decir, una vez terminas el trabajo, no te vas a casa como en España. Así que se procura matar el tiempo como se puede. En aquella época, lo que triunfaba era la "Play", pero como a mí nunca me ha gustado, pues eché al petate los manuales y expansiones de Fanhunter, que tenían un tamaño muy comedido. Y dados, claro. Jugamos varias sesiones, primero explicando en qué consiste el mundo de Fanhunter y haciendo los personajes (había uno que quería llevar un vagabundo yonki que usaba una jeringuilla como arma... los 90 estaban ahí al lado). Luego jugamos las dos aventuras de introducción del manual del juego y las del X-Pansion Kit.
Lo pasamos bien, aunque no creo que volvieran a jugar a rol a la vuelta a España.
No veas, lo cuentas por ahí y no se lo cree la gente.
EliminarAlgunos en el 96 hicimos de La llamada y Aquelarre, y ya cuando fui un milico profesional y mando se marcaban magic, battletech y warhammer fantasy
ResponderEliminar¿Magic y Warhammer también?
EliminarEn las fiestas de Santiago del Regimiento Villaviciosa (en Madrid), en el 2001, se jugó campeonato de Magic y de Mordheim.
Eliminar¡Coño, hasta campeonatos!
EliminarVamos, está cambiando mucho el concepto que tenía de lo que era hacer la mili en los noventa: presentaciones de Star Wars, suscripciones a Líder, Warhammer, torneos de Magic...
Uno de nuestro club se llevaba juegos de guerra a la cárcel, donde tenía que ir a dormir todas las noches al ser insumiso :)
ResponderEliminarJoder, eso suena ya surrealista.
EliminarEn mi caso me libré por las prórrogas por estudios, pero si me hubiese tocado lo mismo termino en Cerro Muriano, en Córdoba. Vamos, conociendo los juegos de rol como ya los conocía, seguro que hubiese terminado en el SERRES junto con otros roleros.
Yo opté por la objeción y pasé año y pico levantando y acostando ancianos con la Cruz Roja.
EliminarPor otro lado, algunas partidas con esta persona terminaban al grito de "mierda, otra vez voy a llegar tarde a la cárcel".
Jajaja. Esa frase es buenísima. Me imagino a este hombre lanzando los dados y diciendo: "Mierda, otra vez voy a llegar tarde a la cárcel".
EliminarDurante el '98/'99 tuve una mesa con cierta actividad en El Ferral. Curiosamente la partida de Black Hawk Dawn fue durante mucho tiempo una de las más "realistas" que e jugado a pesar de usar Fanhunter como reglamento. Quizás debido a que yo era el único militar de remplazo junto con el alférez SEFOCUMA que se apuntaba ocasionalmente.
ResponderEliminarQué interesante. Por lo que veo, lo de jugar a rol en la mili fue más común de lo que me imaginaba, y da igual donde estuviese el cuartel.
EliminarSip, la verdad es que hice varias partidas en los 90, alguna escapándonos a la cantina de madrugada y jugando hasta hartarnos.
ResponderEliminarYo conocí a bastante gente que jugaba. Durante un tiempo incluso estuve pintando mis figuras en el cuartel. Dediqué uno de los cajones de mi taquilla a los potes de pintura y todo el material hehe. Ahora que lo pienso, mi primer mazo de cartas de Magic me lo pillé estando destacado en Alcalá de Henares. Con tanta gente que uno conocía ahí dentro, siempre te encontrabas con alguno que había jugado, y claro, eso creaba afinidad. Lo que se dice jugar, jugar, solo recuerdo una vez en el Bruch, intentamos echar una partida, pero no prosperó la cosa. Lo de Kosovo me ha recordado a un cabo que estuvo destacado ahí que me prestó todos sus libros de Terry Pratchett. En fin, un montón de recuerdos que conservo del tiempo que pasé los cuarteles tienen relación con el rol.
ResponderEliminarVaya, hasta pintando miniaturas...
EliminarLo que digo, me imagino un cuartel al estilo del que vimos en La Chaqueta Metálica y no salgo de mi asombro.
Formaba parte del retén de incendios, así que nos tocaba estar muchos fines de semana encerrados en el cuartel y algo había que hacer hehe.
EliminarLas pelis americanas dan una visión bastante lejana a lo que realmente es (o era) un cuartel. Sé que hay gente con experiencias negativas, pero en mi caso me lo pasé más bien que mal. Por supuesto no todo el monte es orégano y alguna que otra situación viví. También escuché algunas historias que ponían los pelos de punta, pero yo no fui testigo directo o indirecto de nada grave. Creo la situación en general mejoró bastante al profesionalizarse. Yo entré con la cuarta hornada, cuando la cosa era todavía mixta. En mi caso fue la única forma que encontré de quitarme la mili de encima teniendo la prórroga de estudios activa.
Estoy flipando con las historias... aunque en el fondo tiene todo el sentido del mundo.
ResponderEliminarYo también me acabé librando, pero es que a la mili iban todo tipo de chavales, es normal que acabaran generando grupos de afinidad de todos los colores. Damos por hecho que se volvían todos militares duros y descerebrados, y la inmensa mayoría estaba allí porque era un trámite obligatorio, como el colegio. Pero con armas. Como un colegio americano xD
Partidas a Twilight:2000 en Bosnia, en el 96, y a Fanhunter en un curso de esquí al año siguiente.
ResponderEliminarVaya, veo que hay más casos de partidas en misiones en el extranjero y no solo en el cuartel.
Eliminaranonimous dice:
ResponderEliminar¡Ja! De hecho, quiso el Destino que mi breve carrera como Dungeon Master transcurriera mayormente tras los muros de un cuartel. Pero vayamos por orden:
- tras el periodo de instrucción fui destinado a la Compañía de Esquiadores-Escaladores de Viella, donde entré en oficinas y no toqué ni un solo esquí.
- en algún momento al entrar declaré que era aficionado a "jugar a rol", con un par (habían pasado pocos meses desde el crimen mal llamado). El capitán me preguntó si tenía intención de acuchillar a alguien, le dije que de ningún modo y quedamos tan amigos.
- he ahí que mi cabo saca un flamante manual de "Mutantes en la Sombra" ¡y me pide que le dirija una partida!
Se ve que el cabo -Pepus se llamaba, un saludo para él si me lee- compró el "Mutantes..." a palo seco, sin haber tocado un puñetero gygajuego en su vida. Y claro está que lo leyó y no pilló nada. Y yo lo leí también... y tampoco es sacara gran cosa en claro (salvo que el módulo introductorio me parecía un completo bodrio). En ningún caso me veía capaz de dirigirlo.
- durante mis idas y venidas a Viella en el autocar de Alsina-Graells, aprovechaba para leer la Dragón Magazine de Zinco, que en aquella época se vendía en quioscos. En Viella compré el primer y único número de Homo Ludens, la revista de juegos, que todavía conservo.
- uno de los veteranos también era aficionado a los gygajuegos... lástima que me enteré la semana antes de que se licenciara. :(
- al grano: no hacía mucho yo había comprado la Caja Negra de Borrás y me moría de dirigirla. Conque me llevé la caja entera al cuartel, reuní a un puñado de infelices y les dirigí ¡Dios me haya perdonado y tenga piedad de mi alma! una partida de "El Dungeon de Zanzer Tem" o dos.
- entonces el cabo Pepus pidió que dirigiera también el Dungeon de marras con él y los chicos de la oficina. Partida que acabó con una repentina y catastrófica TPK, para disgusto del pobre Pepus.
- en otoño pedí permiso para asistir a la segunda GenCon de Barcelona. Aproveché el viaje para reencontrar a mi ex-veterano y comprarle unas fotocopias del viejo D&D básico de Dalmau Carles Pla.
¿Para qué quería yo el D&D de la caja roja, teniendo ya la caja negra más reciente? Pues porque, en vista de mi reciente experiencia con la Caja Negra, me embargaba la sospecha de que me habían timado.
- ¡eso no es todo, amigos! El perturbado mental de lavandería (lo digo en serio, estaba pendiente de exensión por locura) me regaló, así por la cara, un "juego de matar gente" -- que resultó ser nada menos que el RuneQuest Básico de la tapa fea. Y su compañero de lavandería me cobró mil pesetas por un ejemplar de "La isla de los grifos".
- y ahora sí que colorín colorado...
Jajaja
EliminarMe estoy imaginando la escena:
- Eh, tú, ¿piensas acuchillar a alguien?
- No, por supuesto que no.
- Ah, vale (se queda tan pancho).
Parece una escena de los Simpson.
Y la otra no veas:
- Toma, te regalo un juego de matar gente...
- ¡Coño, si es el RuneQuest!
anonimous dice:
EliminarPues ¡es lo que hay, amigo! Es de locos comparar la mili obligatoria con "La chaqueta metálica", "El sargento de hierro" o americanadas similares. Mi experiencia militar si acaso parece la "Loca academia de policía" (¡peazo peliculón!).
Ten en cuenta que, como el ejército apenas rechazaba a ningún hombre, en el cuartel nos juntamos todo tipo de especímenes a cual más estrambótico. Al uno le veía hacer footing con el culo al aire, otro era el vivo retrato de Skeletor (musculatura de caballo, rostro de calavera), etc.
Yo empecé a jugar a rol en 1990, luego hice la mili en el 96, y me metí a profesional en el 97 después de licenciarme. Aunque ya los conocía y jugaba, nunca llegue a jugar dentro de un cuartel, y de hecho hice la mili con un amigo de toda la vida que jugaba también.
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