Este año se cumplen 25 años del triste asesinato de Carlos Moreno, un desgraciado suceso que tuvo dos consecuencias gravísimas:
La primera, y más inmediata, dejar una familia rota. Una esposa perdió a su marido y tres hijos se quedaron sin su padre, un hombre completamente inocente que tuvo la mala suerte de encontrarse con dos psicópatas.
La segunda, un colectivo, el de los jugadores de rol, también inocente, que a partir de ese momento estuvo estigmatizado como peligroso hasta no hace pocos años.
No es este un asunto agradable de recordar pero, sin duda, fue un hecho que no se puede obviar en una Historia de los Juegos de Rol en España.
No es este un asunto agradable de recordar pero, sin duda, fue un hecho que no se puede obviar en una Historia de los Juegos de Rol en España.