Hace ya tiempo que hablé con un autor de rol que había tenido que autoeditarse. En cuanto al tema del que hoy quiero hablar, la verdad es que le vi mucha razón a lo que me contaba. Venía a decir algo así: En España, en general, la tendencia es comprar cosas de fuera "porque el de fuera es mejor", y no solemos darnos cuenta de
que si nosotros no consumimos producto local, es imposible que se cree
una industria al respecto. Muchos consumidores (yo añadiría también editores) tienen mentalidad de mujer cazafortunas: "yo solo me intereso por cosas que hayan demostrado su éxito". No podemos competir contra corporativas tipo D&D o
Pathfinder, siendo nosotros los primeros que no le damos una oportunidad al producto creado aquí.
Según este razonamiento, me da por pensar que si Francesc Matas, y la afición, no hubiesen apostado por "un juego de rol creado aquí", quién sabe, quizá hoy mi querido Aquelarre no existiese.
Con la noticia aparecida esta semana de la traducción de la 5ª edición de D&D al castellano, este tema no puede ser más actual. Y es que ya se han escuchado voces que temen que un par de juegos españoles que utilizan las reglas de 5ª pierdan fuelle (uno incluso todavía ni se ha editado).
Pero, ¿tanto cuesta que el aficionado o el editor confíe en un juego español?