martes, 11 de agosto de 2020

Solaris: la revista de literatura fantástica de La Factoría

A finales del siglo XX La Factoría se encontraba en uno de sus mejores momentos. Buen ejemplo de ello es que en 1999 lanzó dos nuevas revistas, que se sumaron a las otras dos que ya venía publicando.

Así, tenía una revista especializada en juegos de rol (la conocida Dosdediez, que en 1997 había comenzado su segunda etapa), una revista especializada en juegos de cartas coleccionables (Urza, desde 1994), una revista especializada en cómics (Nemo, desde marzo de 1999) y, la última en llegar, una revista especializada en literatura fantástica (Solaris, cuyo primer número salió en diciembre de 1999). 


Solaris surge, muy posiblemente, como respuesta a la incursión de La Factoría en el mundo de la literatura de ficción. Ya en 1999 la editorial madrileña había empezado a publicar novelas editadas por White Wolf, como Cuentos del Lobo Blanco (sobre Elric de Melniboné), o la trilogía La Mascarada de la Muerte Roja, con el trasfondo del juego de rol Vampiro: La Mascarada (además de El mapa de los sueños, una Guía de lectura de Sandman).


Si bien al principio las novelas escogidas tenían relación con los juegos de rol, muy pronto empezó a publicar novelas de literatura fantástica que nada tenían que ver con aquellos. Al siguiente año, en 2000, llegó a publicar 31 novelas más (que se dice pronto), por lo que parece lógico el lanzamiento de esta revista.

De Solaris llegaron a aparecer 27 números a lo largo de siete años (de diciembre de 1999 hasta febrero de 2005). 

En mi caso, solo llegué a tener el nº 2, al cual le tengo mucho cariño (gracias a este número descubrí esa joya de novela que es Las estrellas mi destino). 



La publicación tiene tamaño cómic-americano (el mismo que ya venía utilizando La Factoría para sus otras revistas), 42 páginas en b/n y encuadernación en grapa. El nº 2 apareció en febrero de 2000 y tenía un precio de 275 pesetas.

Aparte del equipo habitual de La Factoría, como Juan Carlos Poujade, Paris Álvarez, Arturo Alonso o Iván Arpón, Solaris contó con la presencia de escritores profesionales como Eduardo Vaquerizo y Ramón Muñoz (colaboradores), José Miguel Pallarés (en el consejo de redacción) o León Arsenal (director), por citar algunos.

Como ya pasaba con la revista Dosdediez, esta "Guía bimestral de literatura fantástica" tenía una clara vocación informativa, de ahí sus dos secciones principales: las noticias (donde se nos anunciaban los próximos lanzamientos, tanto de España como de fuera) y las reseñas. Además, teníamos otra sección (Zona final) donde aparecían todos los libros que habían salido a la venta y que no habían tenido espacio para reseñar.



Para Solaris, CF, fantasía y terror eran solo una parte de la literatura fantástica, siendo esta mucho más amplia. En cuanto a las reseñas, hacían una división entre CF y fantasía (literatura fantástica tradicional, como la mencionada Las estrellas mi destino), franquicias (series, adaptaciones de TV y cine, como las novelas de Battletech o Reinos Olvidados) y fanediciones (ediciones realizadas por aficionados al margen de los circuitos profesionales).



Además del comentario del crítico y su valoración numérica (de 0, Rosco total, a 5, Obra maestra), tenemos la portada y la ficha básica (autor, traductor, editorial, formato, número de páginas, precio, etc.).

Para los mal pensados que piensan que La Factoría solo barría para su interés, diremos que en este número 2 solo seis novelas alcanzan la puntuación de Obra maestra (Las estrellas mi destino, Flores para Algernon, Muertas enamoradas, El gran dios Pan, etc.) y ninguna está editada por La Factoría. Por contra, las dos novelas reseñadas de La Factoría, dos novelas de la colección "Mundo de Tinieblas", se quedan con un 3 ("Bueno").

En total tenemos un total de 33 reseñas, que corresponden a títulos aparecidos entre el 2 de noviembre y el 31 de diciembre de 1999.



A continuacióm tenemos dos relatos, de muy distinto tipo, pero muy buenos ambos. Por un lado está Vampiras de Tesalia, un fragmento del clásico El asno de oro de Apuleyo; y por otro, D de Destructor, relato de Ramón Muñoz que había obtenido el primer puesto del "Premio Domingo Santos" en la edición de 1999. Como nota, ambos resultan muy inspiradores para un director de juego.



Tenemos luego una serie de artículos, como el dedicado a Terry Pratchett (escrito por Óscar Díaz), junto con una entrevista exclusiva; y otros tres más sobre Philip K. Dick, Tarzán y las películas de Star Trek.




Por último, tenemos otro interesante artículo sobre los mejores libros publicados en 1999, una selección de diez títulos seleccionados a partir de la votación de una serie de aficionados y profesionales de la revista y externos (no, no hay ningún libro de La Factoría).

Señalan que no se trata de elegir el mejor libro del año, sino de presentar "un abanico de lo que ha sido la literatura fantástica durante 1999".



Como dije al principio, en su día solo llegué a tener este nº 2, pero le guardo mucho cariño porque por él descubrí esa gran novela de Alfred Bester que es Las estrellas mi destino. La reseña de Juan Carlos Poujade, y encontarla en el nº 1 de las mejores obras aparecidas en 1999, me impulsaron a comprar esa edición que Gigamesh acababa de publicar y, la verdad, no me arrepiento para nada.

Y lo mejor de todo es que, al releer esta revista 20 años después, todavía despierta en mí interés por varias de las novelas que aparecen reseñadas, empezando por El gran dios Pan de Arthur Machen...

4 comentarios:

  1. Yo seguí la revista lo justo, pero no tengo malos recuerdos de ella. Y mal criterio no tenían, no señor: Las estrellas mi destino, Flores para Algernon y El gran dios Pan son, sin duda, obras maestras. Si no le has dado un tiento a Machen te recomiendo que lo hagas, y no solo por su evidente influencia en Lovecraft. Tiene un estilo único. Pero claro, es que Valdemar por aquella época publicaba oro puro en casi todas sus colecciones...

    ¡Gracias por el enésimo viaje al pasado!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, ya te digo, esa edición de Valdemar ya me picó la curiosidad en la época. Lo que pasa que, a diferencia de "Las estrellas mi destino", no la encontré y en esos tiempos no compraba a través de internet.

      Eliminar
  2. No me sonaba nada está esta revista. Gracias por traerla al blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De nada, ha sido un placer volver a leerla de nuevo veinte años después.

      Y estoy pensando que, para el que le interese, lo bueno es que la mayoría de sus números se pueden encontrar en páginas de segunda mano por 2-3 €. Como digo, aunque tiene sus años, para descubrir un clásico como los antes nombrados siempre es útil.

      Eliminar